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Sexo y diabetes tipo 1, por Mercè Llorca

Sexo y diabetes tipo 1

Sexo y diabetes tipo 1, por Mercè Llorca

Hoy la pentacampeona de España de baile, Mercè Llorca, nos habla de la sexualidad dentro de la diabetes.

Las relaciones sexuales son algo de lo más normal y común entre todas las personas, todos las practicamos y forman parte de nuestra vida cotidiana. Así que me parece mentira que, en el siglo en el que estamos, aún siga siendo un tema tabú cuando hablamos de diabetes tipo 1.

Lo primero que me gustaría dejar claro (y aquí ya os hablo desde mi experiencia personal) es que el hecho de vivir con diabetes tipo 1 no supone prácticamente ningún impedimento o limitación a la hora de practicar sexo. Y digo prácticamente porque al final el sexo no deja de ser una actividad física, así que está claro que corremos el riesgo de padecer una hipoglucemia mientras lo practicamos. Cosa que se soluciona rápidamente haciendo una “parada a boxes”, tomando algo de glucosa y retomando la carrera con aún más fuerza si cabe.

Lo segundo es que los dispositivos que llevamos en el cuerpo no van a suponer una limitación.

La bomba de insulina puede desconectarse si es necesario, y podéis creerme cuando os digo que he sufrido más accidentes con los sensores y cánulas entrenando que en la cama. Solo es cuestión de buscar la manera e incluso usar la imaginación.

Y por último, pero no menos importante, los cuerpos con “gadgets” pegados no van a hacernos menos atractivos a ojos de los demás. La diabetes no nos define ni nos marca y si alguien, alguna vez, nos rechaza por ese motivo no se merece ni que nos planteemos la idea de tener ningún tipo de relación con él/ella.

Lo mejor siempre es hablarlo con naturalidad, la mayoría de problemas solo existen en nuestra cabeza y repito una vez más, si alguien no se siente cómodo con nuestra condición, el problema es solo suyo.

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Double check, por Jedi Azucarado

La hipervigilancia de la diabetes

Double check, por Jedi Azucarado

Hoy Óscar López de Briñas (Jedi Azucarado) nos habla sobre la hipervigilancia de la diabetes. ¡Y es que la tecnología debe servir para preocuparnos menos, no para estar más pendientes que antes!

El llamado double check es la marca de verificación que en las conversaciones de Whatsapp nos permite saber que la otra persona a la que escribimos ha recibido nuestro mensaje. Algo así como quedarse tranquilo, porque sé que mi interlocutor ya tiene mi mensaje en su teléfono. Saber que lo que he dicho no caerá en saco roto perdido por el infinito éter de la nube. Quién sabe si lo último que dije no le llega y eso provoca una ruptura en el hilo de la conversación que acabe haciendo por un efecto mariposa que el universo colapse sobre sí mismo.

De vez en cuando nos gusta encontrar algo que nos dé paz, como el calmante double check. Porque hoy vivimos permanentemente agobiados y estresados. Vivimos agarrados al móvil, queriendo saber, queriendo que el otro a quien hablamos nos conteste inmediatamente. Queriendo que lo que acabamos de comprar por internet llegue en 24 horas y si puede ser, en menos. Queremos que todo sea inmediato porque el móvil nos hace pensar que todo es tan fácil como las posibilidades que nos brinda. Un aparato paradójico que nos permite hacer de todo, pero de igual modo también nos convierte en estresados y maniacos. Algo que nos facilita la vida, pero a la vez nos genera estrés y otorga una dosis de ansiedad a nuestra vida.

Curiosamente, y de igual modo que con el móvil y el Whatsapp, en nuestra diabetes también hay situaciones en las que sin darnos cuenta queremos encontrar esa calma en esta vida abrumadoramente tecnológica. Especialmente si hablamos de algo que desde que entró en nuestra diabetes lo cambió todo: los sensores de glucosa. Algo que nació con el objetivo de dar paz. De restar dependencia. De quitar vigilancia.

De reducir la ansiedad del no saber. Pero que curiosamente con los años se ha ido convirtiendo en dependencia. En una especie de mono. En algo que no podríamos quitar de nuestra vida a día de hoy. Y en algo que también está generando en muchas personas una excesiva vigilancia.

Personalmente, yo preferiría que me quiten un dedo de la mano antes que mi sensor de medición continua de glucosa. Lo digo en serio. Ya no puedo vivir sin él. Y cuando alguna vez me quedo sin sensor durante horas por algún problema puntual, realmente lo paso mal. Pero lo que me hizo pensar fue cuando hace unos días decidí ponerme un segundo sensor en el otro brazo porque el “principal” tenía ciertas lagunas en sus mediciones, dejando de medir continuamente como debería. Al estar conectado a una bomba de insulina, quería estar seguro de que estaba funcionando bien, porque de sus mediciones dependía la infusión de mi bomba. Y decidí ponerme otro sensor de otra marca en el otro brazo. Y ese fue mi double check de Whatsapp. Para quedarme tranquilo. Pasé de tener una a dos mediciones de glucosa simultáneas. Así pude comprobar que el sensor principal estaba funcionando bien. Y por la calle… haciendo deporte… en el trabajo… antes de las comidas… siempre tenía esa verificación, ese double check: el sensor 1 medía y el sensor 2 lo corroboraba. Era algo así como los sistemas de redundancia que se establecen en informática para la salvaguarda de datos en el entorno empresarial.

¿Una exageración? Sin duda. ¿Patológico? Espero que aún no. Pero fue la demostración de que como decía más arriba, hoy ya me siento incapaz de prescindir de esta tecnología. Sin embargo, lo peor de todo fue la sensación que me quedó cuando terminó la vida de ese segundo sensor.

Al quitármelo, empecé a notar que me faltaba algo. Desconfiaba del sensor que me quedaba (el principal). Estaba menos tranquilo que cuando llevaba dos. Por suerte, sé reequilibrarme mentalmente de este tipo de dependencias e hipervigilancias porque ya las viví hace muchos años, antes de la era tecnológica que vivimos hoy.

Así que mi conclusión es que creo que siempre queremos más. Más y más tranquilidad en nuestra vida con diabetes. Antes queríamos un sensor. Luego quieres dos ¿Qué será lo próximo? Mejor no saberlo.

De momento, he desactivado también el double check de mi Whatsapp. Si mi interlocutor lee mi mensaje mañana o quizá no le llega nunca, el mundo seguirá dando vueltas. Como mi diabetes, que seguirá haya lo que haya para gestionarla y controlarla. Pero siempre con la cabeza en su sitio.

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Una diabetes más visible, por Azucarilloman

Enter a short introduction.

Una diabetes más visible

Una diabetes más visible, por Azucarilloman

¡Hola de nuevo azucarillos!
Oye, menudo calor que estamos pasando, pero claro, lo más normal del mundo si tenemos en cuenta las fechas en las que nos encontramos. ¿Cómo lo estáis llevando?

Con este calor que estamos pasando desde hace ya días, nos hemos visto en la obligación de desempolvar la ropa de verano y… ¡la cantidad de personas que vemos con algún tipo de sensor de medición de glucosa en el brazo!, que no os moleste por favor, pero, que bien encontrarte con alguien al que le ves el sensor en el brazo y sin conocer a esa persona… sentirte super unido a esa persona.

Mirad, como anécdota personal os contaré que en mi localidad yo fui el primer niño que tuvo diabetes tipo 1, hasta entonces, conocíamos a alguna que otra persona mayor y con diabetes tipo 2, pero poco más. Lo que hizo que yo nunca tuviera a alguien en el que fijarme (“diabetilmente” hablando), hasta que por primera vez vi en Disney Channel a Nick Jonas portando una bomba de insulina. Flipé. ¡Alguien cómo yo, con diabetes, estaba saliendo por la televisión, no estaba solo!, quise hacerme amigo suyo, pero por lo que fuera, no cuajó jeje.

Es cierto que uno de los tantos motivos por los que creé Azucarilloman, fue, además de compartir un estilo de vida con diabetes desde el punto de vista positivo, conocer a más gente que compartiera condición conmigo, me encanta que, en un momento determinado, puedas recurrir a ellos buscando ayuda o consejo igual que ellos pueden recurrir a mí, siempre lo digo, si necesitan cualquier consejo.

Es cierto que la cantidad de niños y de niñas que veo y veis por la calle llevando algún sistema de medición de la glucosa, seguro, coincidiréis conmigo, que ha aumentado muchísimo. Y es curioso cruzarte con alguien de ellos y sentir lo que comentaba antes, esa unión tan especial, en la que piensas la de noches sin dormir que llevará a sus espaldas, las hipoglucemias, hiperglucemias, frustraciones…

Me alegra ver, que, dentro de la mochila que supone la diabetes, los niños tengan cada vez más y más referentes en los que fijarse tanto en redes sociales como en televisión y con los que comprobar que la diabetes no tiene porqué suponer ningún límite a la hora de conseguir nuestros sueños.

No os quito más tiempo, seguro que os está llamando tanto como a mi un bañito en la piscina.
Eso sí, cuidad esos sensores y que no se pierdan por el agua.

Como siempre, nos seguimos leyendo por redes sociales.
 

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El paso a la bomba de insulina, por Mamá con Diabetes

Mamá con Diabetes - El paso a la bomba de insulina

El paso a la bomba de insulina, por Mamá con Diabetes

Hace 4 años mi vida con Diabetes hizo un giro de 180 gracias al cambio que hice de mi tratamiento, de usar plumas de insulina a llevar una Bomba de Insulina integrada con sensor.

Al principio me costó tomar mucho la decisión, no solo por llevar conmigo las 24 horas del día los 7 días de la semana un “aparato con un cable” pegado a mí, también por cómo me vería dormir con la bomba, dónde llevarla sujeta con vestidos, cómo seria llevar la Bomba para ir a la playa, hacer deporte (en mi caso práctico pádel) …… pero lo que más me costó era tomar la decisión correcta de que modelo de Bomba seria la adecuada para mí, ya que en mi hospital tenemos “la gran suerte” de tener varios modelos.

Existen Bombas que prácticamente son Páncreas Artificiales como es en el caso que yo llevo.
No menos importante que el resto y además muy importante es que esta decisión también la compartí con la gente que convive conmigo, ya que no solo debería de aprender yo del manejo de la Bomba de Insulina, mi familia también tenía que ser partícipes al 100% de este cambio.

Después de 4 años de uso de Bomba de Insulina puedo decir que ahora entiendo perfectamente a todas las personas que me decían, ya verás no vas a volver a Plumas de Insulina y qué razón tenían, noté un cambio en mi vida muy importante, mi Hemoglobina puede decirse que es de una Persona NO Diabética, y sé que esto me va a venir muy bien para el futuro.

Una de las cosas que más me ayudó a tomar la decisión fue hablar con gente que ya llevaba Bomba de insulina y todos coincidieron en lo mismo, en cuanto la pongas no vas a querer otra cosa, y así es, es por eso que os recomiendo que os toméis vuestro tiempo en investigar sobre las bombas que os facilitan en vuestro hospital y que luego habléis con pacientes que la lleven, por redes sociales existen grupos específicos de Bombas de insulina.

Os dejaré a continuación unos puntos a tener en cuenta, que espero que te ayuden si estas en el proceso de cambio

Estilo de vida:

Me brinda mayor flexibilidad en mi estilo de vida. Puedo ajustar las dosis de insulina de manera más precisa para adaptarse a las necesidades del día a día, lo cual facilita la planificación de comidas, el deporte y los horarios de sueño, en mi caso mi Bomba de insulina tiene dos funciones específicas para deporte y sueño, las cuales te llevan a un rango perfecto y especifico.

Administración precisa de insulina:

Las bombas administran de forma continua y precisa insulina basal a lo largo del día, lo que puede ayudar a mantener niveles de glucosa más estables de esta manera se intenta tener una menor variabilidad glucémica.
Las bombas predicen los Bolos de insulina según los hidratos de carbono que vamos a comer según la glucemia en el momento, lo que puede facilitar un mayor control de los niveles de glucosa postprandiales.

Menos inyecciones:

La bomba de insulina elimina la necesidad de inyecciones repetidas a lo largo del día, ya que la insulina se administra a través de un catéter conectado a la bomba y que por lo general se debe cambiar cada 3 días.

Basales personalizadas:

Con las bombas de insulina, es posible programar diferentes perfiles de insulina para diferentes momentos del día. Esto permite ajustar las dosis según las variaciones en los niveles de actividad, los patrones de sueño y las necesidades individuales, lo que puede resultar en un mejor control de la glucosa.

Paradas predictivas y bolos correctores:

Tener una bomba de insulina con parada predictiva para evitar Hipoglucemias y Bolos correctores para evitar Hiperglucemias, nos ayuda y mucho a liberarnos de la carga de estar pendientes las 24 horas del día de nuestra Diabetes.

Información de Glucosa gracias al sensor integrado:

Algunas bombas de insulina están equipadas con sistemas de monitoreo continuo de glucosa que nos da información en tiempo real sobre los niveles de glucosa. Estas bombas pueden emitir alertas cuando los niveles de glucosa están fuera de rango, lo que te permite tomar medidas rápidas para corregirlos.

Estas ventajas pueden variar según la marca y modelo de la Bomba de insulina.

Espero que os ayude mi experiencia y haber resuelto muchas de las dudas con las que nos encontramos en esta gran decisión, pero muy beneficiosa para todas las personas con Diabetes.

Mamá con Diabetes
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Alimentación, diabetes y verano, por La Mesa Azul

Alimentación y diabetes en verano: consejos de La Mesa Azul

Alimentación, diabetes y verano, por La Mesa Azul

Hoy las nutricionistas de La Mesa Azul vienen a darnos unos consejos de cara a los meses estivales, que seguro que os van a ayudar a tener un mejor control sobre vuestros niveles de glucosa.

El verano es una época donde hacemos un parón en nuestra actividad habitual; según la forma en que vivimos esta temporada, modificamos en mayor o menor medida hábitos como las horas de sueño, la hidratación o la alimentación. En este artículo compartiremos trece puntos relacionados con la alimentación que pueden sernos de ayuda y disfrutar de este momento del año.

1. Mantén tu insulina alejada de las altas temperaturas

En verano suele hacer más calor, por ello es importante recordar la adecuada conservación de la insulina, ya que será nuestra compañera para gestionar nuestro día a día a la hora de comer. Hay que recordar que si la insulina no se conserva adecuadamente puede reducir su eficacia. Para ayudarnos en esta tarea, te recomendamos utilizar bolsas de frío especiales para transportarla contigo allá donde vayas.

2. Recuerda hidratarte para evitar hiperglucemias

Otro de los riesgos de las altas temperaturas es que, al hacer más calor, podemos deshidratarnos, lo cual a su vez puede hacer más probable una hiperglucemia, pues la cantidad de agua en el torrente sanguíneo disminuye haciendo que la glucosa esté más concentrada. En general, una ingesta media de 1 a 2 litros de agua es lo recomendable. Recuerda que también podemos hidratarnos con sopas frías, hortalizas, verduras y frutas.

3. Desayuna con todos los nutrientes

Te animamos a empezar el día con un desayuno saludable y completo que contenga todos los nutrientes: grasas saludables, proteínas, e hidratos de carbono de lenta absorción. Te damos algunos ejemplos:

  • Yogurt natural con fresas y anacardos.
  • Tostada de pan integral con aguacate con huevo y una rodaja de sandía.
  • Tostada de hummus y piña natural

4. Come y cena con la guía del «plato saludable» cuidando las cocciones en la cocina

Cuando realices comidas y cenas fuera de casa, acuérdate de tener en mente la estructura del «plato saludable», que nos aconseja que, en nuestro plato, pongamos la mitad del plato con verduras, un cuarto del plato con alimentos proteicos (pescado, pollo, carne, tofu, mariscos, huevo) y el otro cuarto de plato con cereales y tubérculos (arroz, pasta, patata, pan) y cocinados “al dente”. Si vas a tomar un postre, te recomendamos elegir una pieza de fruta de temporada.

5. Crea tu propia versión de los polos y helados con ideas y recetas saludables

Los helados de fruta, los polos y los granizados son muy habituales en verano. Como algunos de ellos pueden tener un alto contenido en azúcar , te animamos a versionar estas recetas con ideas más saludables , por ejemplo, triturando fruta congelada o mezclándolo con yogures naturales. En cualquier caso, si eliges tomar un polo o un helado comercial recuerda consultar sus hidratos de carbono a través de su etiquetado.

6. Prepara snacks y tuppers saludables con los hidratos de carbono ya contados.

Si vas a pasar el día fuera, en la montaña o en la playa, te recomendamos (mientras te sea posible) llevar tu comida de casa en un tuper. Algunas ideas fáciles para llevar un plato completo pueden ser:

  • Ensalada de vegetales con legumbre (garbanzos, lentejas o judías blancas).
  • Ensalada de patata cocida con vegetales, atún y huevo duro.
  • Ensalada con quinoa y frutos secos (nueces, anacardos, almendras) 
  • También puedes llevarte snacks como: palitos de hortalizas con hummus, aceitunas, fruta partida o barritas de frutos secos y semillas.

7. Recuerda que no todas las bebidas alcohólicas contienen hidratos de carbono.

Realiza el contaje de los hidratos de carbono de bebidas alcohólicas como: cerveza (con y sin alcohol), el tinto de verano, la sangría, el vermut y los vinos dulces. Por el contrario, los destilados, los vinos tintos, vinos blancos y el cava no contienen hidratos de carbono. Recuerda que, si consumes estas bebidas, es importante hacerlo con moderación, ya que en exceso puede producir una hipoglucemia tardía.

8. Ten en cuenta que los alimentos fritos pueden provocar una hiperglucemia tardía

En verano es frecuente consumir platos, tapas o aperitivos fritos en mayores cantidades (pescado frito, filete empanado, croquetas, calamares, empanadillas).
Te recomendamos consumir este tipo de platos de forma moderada. Recuerda que, si un día comes más cantidad de la habitual, es posible que notes un incremento de glucemia de manera tardía (a las 2ª o 3ª hora) por el efecto de las grasas que contienen estos platos. Si esto sucede, no olvides hacer los ajustes pertinentes con tu insulina para corregir estas hiperglucemias de ser necesario.

9. Recuerda tener a mano las guías visuales para calcular fuera de casa los hidratos de carbono.

Existen diversas guías visuales de referencia para hacer el contaje de hidratos de carbono de platos habituales en verano que pueden ayudarte a simplificar esta tarea, te recomendamos que le eches un vistazo a los ebooks, tablas y catálogos que tenemos en La mesa azul. Otra forma de realizar y practicar el contaje en este tipo de platos es hacer fotos de tu comida habitual y apuntar el contaje de hidratos de carbono que haces en ese momento para tenerlo de referencia.
Si necesitas hacer preguntas en restaurantes, hazlas sin miedo para resolver todas tus dudas. Si lo prefieres, puedes pedir cambios en guarniciones para sentirte con mayor seguridad (por ejemplo, ensalada en lugar de patatas). Estos consejos también pueden ayudarte en las comidas que se realizan en medios de transporte como trenes y aviones.

10. Cuando salgas a comer o cenar fuera de casa, ten en cuenta los tiempos de espera

Aunque aconsejamos realizar, siempre que se pueda, tiempo de espera con la administración de la insulina, cuando comemos fuera de casa, no sabemos con exactitud en qué momento nos llegará la comida, lo que supone un riesgo para la gestión de la glucemia. Además, con las altas temperaturas, la insulina suele absorberse más rápido y es posible experimentar una hipoglucemia, incluso usando la dosis habitual. Es por ello que, en estos casos, te recomendamos esperar a tener el plato servido para aplicar tu dosis de insulina.

11. Recuerda llevar alimentos de rápida absorción para tratar las hipoglucemias

Recuerda llevar siempre contigo alimentos de absorción rápida para gestionar una posible hipoglucemia como: zumos, geles de glucosa o pastillas de dextrosa. También puedes llevar contigo alimentos de absorción moderada para mantenerte si lo necesitas (barritas de frutos secos, fruta, cereales integrales).

12. Aprovecha el tiempo libre para descansar y también para activarte

Aprovecha que tendrás más tiempo libre para dormir un poco más, relajarte, leer, pero también para estar más activa/o. Te recomendamos realizar ejercicio físico en las primeras horas del día para así evitar las altas temperaturas. No olvides tener en cuenta siempre los ajustes que sean necesarios con tu insulina y tu alimentación.

13. Si viajas, infórmate sobre la comida del lugar al que vas a ir

Cuando realizamos un viaje, es importante hacer un poco de investigación sobre el contaje de platos tradicionales del lugar, sobre todo si es muy distinto a lo que sueles comer. Además, también te puede ser muy útil la información sobre horarios de comidas, diferencias horaria para ajustar la insulina en el vuelo, documentos para llevar contigo durante el viaje, entre otras cosas. En cualquier caso, te recomendamos planificarte con tranquilidad, para ir con seguridad y poder disfrutar tu viaje al máximo. Tómate tu tiempo para ir haciendo los ajustes necesarios.

Y recuerda que lo importante es que el verano es una etapa ideal para descansar y pasar tiempo en familia y amigos, y la diabetes es una acompañante más en las experiencias que vivamos. Esperamos que estos consejos te hayan sido de ayuda.

¡Feliz verano de parte de La mesa azul!

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Ritmos circadianos en diabetes, por Daniel Hans

Ritmos circadianos en diabetes

Ritmos circadianos en diabetes, por Daniel Hans

El mismo alimento afecta a tus niveles de glucosa de forma diferente cada vez. Puede que sea porque no lo consumes en el mismo momento del día. Hoy Daniel Hans nos habla sobre ello.

“Pierde una hora por la mañana y la estarás buscando todo el día”.
Richard Whately.

Sabemos que nuestra alimentación es pilar básico en nuestra diabetes y para ello, saber qué comer y cuánto nos ayuda a controlar nuestras glucemias.
¿Sabías que ese mismo alimento en la misma cantidad produce un efecto distinto en nuestras glucemias dependiendo de la hora del día en que lo consumas (independientemente de la influencia del resto de factores)?
Desde hace tiempo sabemos que ya no sólo el qué y cuánto comer es importante sino también el cuándo hacerlo a lo largo del día va a influir.

Los ritmos circadianos son ciclos de 24 horas regulados por osciladores moleculares endógenos llamados reloj circadiano. Los efectos de la dieta sobre el ritmo circadiano implican claramente una relación entre factores como los horarios de las comidas y los nutrientes, lo que se conoce como crononutrición.

Pero, ¿Cómo afecta esta regulación circadiana en el metabolismo de la glucosa?.
Según investigaciones, han sugerido que la hora del día es indicativa e influye en la respuesta de la glucosa posprandial a una comida, por lo que tiene un efecto importante en la diabetes.

Sabemos los beneficios de consumir comidas durante el día en vez que por la noche sobre la glucemia posprandial. Cenas tardías se asocian con menor sensibilidad a la insulina. Modificar la composición de macronutrientes de las comidas nocturnas, al aumentar el contenido de proteínas y grasas, ha demostrado ser una estrategia sencilla para mejorar la glucemia posprandial. Los alimentos de bajo índice glucémico (GI) que se comen por la mañana mejoran la respuesta glucémica con un efecto mayor que cuando se consumen por la noche.
El orden de presentación de los alimentos también tiene un potencial considerable para reducir la glucemia posprandial (consumir primero verduras, luego carne y finalmente arroz).

Nuestros relojes circadianos preparan nuestro cuerpo para los eventos diarios donde se incluyen parámetros fisiológicos como la secreción de hormonas, los latidos del corazón, el flujo sanguíneo renal, el ciclo sueño-vigilia y las fluctuaciones de la temperatura corporal. La alteración de este ritmo (trabajos nocturnos por ejemplo), influye en la ingesta de alimentos, el metabolismo de la glucosa, la regulación del peso y la obesidad.
Hormonas que afectan al metabolismo de la glucosa como la insulina (en caso de diabetes tipo 2), melatonina o cortisol siguen un ritmo circadiano y por tanto, la ingesta de un alimento será distinta según los picos de acción de estas hormonas.

También destacar que cada persona sigue un patrón de “cronotipo” propio y por tanto distinto al de otra persona. Además, existen factores externos que influyen directamente en nuestro ritmo circadiano, como son, luz solar, actividad física, un correcto sueño y la alimentación que modulan la acción fisiológica de ciertas hormonas que participan en la homeostasis de la glucosa.

Los sistemas de asa cerrada ayudan en las modulaciones producidas en el metabolismo de la glucosa, realizando los ajustes correspondientes según vayan sucediendo de manera autónoma y facilitando por tanto la gestión de la diabetes.

Si bien la crononutrición es una ciencia que avanza, todavía queda mucho por aprender sobre la naturaleza y el momento en que se proporciona la dieta para regular la homeostasis de la glucosa.

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¿Por qué nos gusta tanto el azúcar?, por Noelia Herrero

¿Por qué nos gusta tanto el azúcar?, por Noelia Herrero

¿Por qué nos gusta tanto el azúcar?, por Noelia Herrero

Hoy pasa por nuestra página Noelia Herrero (Dulces Diabéticos), para hablarnos sobre cómo el azúcar ha llegado a la posición actual dentro de la gastronomía.

El azúcar es uno de los grandes males de la sociedad actual. Cada vez está presente en más sitios y, por tanto, cada vez consumimos más azúcar. El pan de molde, lleva azúcares refinados que alargan su vida útil. Algunas carnes, como la de pavo, pueden contener azúcar que realza su sabor. Los zumos de fruta son más azúcar que fruta. Hasta el tomate frito lleva azúcar.
Pero no nos quejamos, porque ni nos damos cuenta. Porque no lo pensamos. Y porque nos encanta el azúcar. Pero, ¿por qué nos gusta tanto?

La evolución humana y la alimentación

Los humanos, como cualquier animal, hemos sufrido un proceso de evolución como especie.

Así, el proceso que regula la asociación de ciertas comidas con su valor nutricional ha ido evolucionando para que los organismos (animales) podamos tomar decisiones de forma adaptativa, en función de nuestras necesidades. Esto pasa porque en nuestro cerebro hay un centro de recompensa que nos dice qué cosas comer, a cambio de provocarnos placer, ahora lo veremos. Vamos, que lo que nuestro cerebro considera beneficioso para nuestra supervivencia, ha ido evolucionando con el tiempo.

Hace montones de años, nuestros ancestros comían principalmente plantas y carne, ya que en la naturaleza era raro encontrar carbohidratos y grasas, y más raro aún era que contuvieran fibra. Una dieta muy distinta a la que podemos tener hoy en día. Después de domesticar a los animales y cultivar plantas y cereales, hace como 12.000 años, aumentaron las posibilidades de consumir grasas y carbohidratos juntos. La cantidad de alimentos disponibles hoy en día es inmensa, pero los ultraprocesados como los donuts y similares en realidad llevan entre nosotros sólo 150 años, tiempo insuficiente como para que nuestro cerebro evolucione acorde a dar una respuesta a ellos. ¿Qué ha pasado entonces?
Pues que entra en juego el mecanismo de recompensa que os comentaba. 

El centro de recompensa cerebral

El cerebro tiene mecanismos de recompensa que se activan y liberan dopamina cuando hacemos cosas que buscan nuestra supervivencia, como por ejemplo, comer, beber o tener sexo. Así, aprendemos que esas cosas son buenas (porque nos hacen sentir bien), y las repetimos.

Más concretamente, el circuito asociado con el placer y la recompensa (y por tanto, la supervivencia) es la vía mesolímbica, situada en el tronco encefálico. Ahí, la liberación de dopamina, que es un neurotransmisor, provoca una sensación placentera y nos motiva a repetir los comportamientos o actividades que la liberan. 
Por desgracia, este mismo mecanismo de recompensa, que asegura nuestra supervivencia, también recompensa el consumo de drogas, ya que las sustancias adictivas también estimulan la liberación de dopamina, provocando la repetición de estos comportamientos, aunque sean nocivos. Cuando una persona se habitúa al consumo de una droga, aumenta su tolerancia a la misma. Esto hace que se libere menos dopamina, y por lo tanto que se necesite una dosis más alta para conseguir liberarla y sentir esa sensación de placer. 

Por otro lado, la leptina es una hormona que se expresa en el hipotálamo (en el cerebro), y cuya función es la de frenar la ingesta de alimentos. Esto lo consigue mandando señales de “saciedad”, de “uy, ya estoy llena, para de comer”. Cuando este mecanismo se “estropea”, o no producimos una cantidad suficiente de leptina, es cuando no podemos parar de comer, y se nos descontrola el peso. Por eso, es importante mantener unos buenos niveles de esta hormona. 

La adicción al azúcar

Ahora pongámoslo junto. Tenemos una hormona que fomenta la adicción (la dopamina), y otra que, si se desajusta, puede hacer que comamos más de la cuenta (la leptina).

Hablábamos sobre cómo la dopamina afecta al consumo reiterado de drogas. ¿Y si ahora os dijera que, en lugar de pensar en drogas, pensarais en el azúcar? Exacto: el azúcar es la droga del siglo XXI.

Los azúcares, o carbohidratos, tienen una serie de propiedades nutritivas que también nos hacen liberar dopamina, y por tanto tienen un efecto similar al de las drogas en nuestro sistema de recompensa: cuando comemos algo dulce, los receptores del sabor en la lengua envían una señal al tronco encefálico, esta señal llega al córtex cerebral y activan el sistema de recompensa, que nos hace sentir un placer inmediato. En el estómago y el intestino hay otros receptores que envían señales de saciedad al cerebro para que paremos de comer (a través de la secreción de leptina), o de secreción de insulina si hemos consumido mucha glucosa. Si seguimos comiendo y nos acostumbramos al azúcar, corremos el riesgo de caer en una adicción.

Tal y como pasaba en el caso de las drogas, cuando el consumo de azúcar se convierte en una adicción se incrementa la tolerancia al azúcar y el sistema de recompensa produce menos dopamina, provocando una pérdida de control sobre la ingesta, que a su vez conduce a la aparición de antojos y atracones. Por otro lado, si no producimos suficiente leptina como para frenar la ingesta y regular el peso corporal, corremos el riesgo de comer en exceso y desarrollar obesidad, que como sabéis está muy relacionada con la diabetes.

Por todo esto, queda claro que el deseo por el azúcar es totalmente normal a nivel biológico (y que no hay que sentirse mal por tener antojo de dulce), y que cuanto más azúcar comamos, más vamos a querer.
Por eso es importante reducirlo de todos aquellos alimentos donde podamos, evitar añadir azúcar libre a nada y escoger mejor los azúcares que comemos, priorizando los carbohidratos complejos con alto contenido en fibra frente a los carbohidratos simples.
 

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Buen tiempo y diabetes, por Daniel Albero

Buen tiempo y diabetes, por Daniel Albero

Buen tiempo y diabetes, por Daniel Albero

Hoy el piloto Daniel Albero nos da algunos consejos relacionados con el cuidado de la diabetes ahora que ya llegan los calores.

Llegada la primavera los días son cada vez más largos, el cambio horario, los termómetros empiezan a subir, tenemos más ganas de salir y nuestro cuerpo consume más energía, nos sube la testosterona y con la llamada incesante del verano tenemos que cambiar nuestras pautas.

Todo ello, conlleva, estar más atentos a nuestra glucosa pues ella también estará más revoltosa esta época del año hasta que consigamos adaptarnos.

Tanto si eres de plumas como de bomba tienes que tener muy en cuenta que el sol no es nuestro mayor aliado, la insulina con el calor se fatiga y deja de hacer efecto de ahí muchos días que parece que nuestra glucosa no deje de subir.

Este podría ser uno de los motivos, lo mejor es desechar el boli o cambiar el cartucho, yo lo que hago en estos casos es cambiarlo el cartucho de la bomba más a menudo y cuando relleno el cartucho no le pongo tanta cantidad de insulina, además intentar siempre tener tanto el boli como la bomba de forma que le dé el sol lo menos posible.

En estos casos el llevar un sistema integrado nos ayudará a detectar rápidamente que la glucosa no deja de subir y la bomba no para de meterte bolos. OJO A ESTO.

Los parches también suelen despegarse con más facilidad, nos duchamos más, el propio sudor de nuestro cuerpo, a esto le añadimos algún bañito en la playa o en la piscina ayuda a que nuestros parches sean más vulnerables.

Hay que tener más cuidado al pegarlos, yo lo que hago es elegir la zona adecuada, eliminar el vello de la piel, frotarme con una gasa con alcohol, a continuación me froto con otra gasa seca, espero un momento y me pongo el parche, este es mi pequeño tip que he usado y uso en mis entrenamientos, carreras y como no en el propio Dakar.

Tanto si sales al campo o a la playa es muy importante llevar catéteres de repuesto tanto de bomba como de sensor, una pequeña nevera para la insulina, las hay de mil maneras y tamaños, así evitaremos más de un susto a nosotros y a nuestros acompañantes.

Solo si lo tenemos todo bajo control conseguiremos que nuestro verano sea inolvidable y sentirnos bien con nosotros mismos y evitaremos más de un susto.

Y si nos tomamos algún helado, acuérdate de hacer un buen conteo de raciones, ponerte la insulina que necesitas y disfrutar del verano que se avecina, tu sistema integrado ya hará el resto.

Y recordad que, con más esfuerzo y dedicación seremos capaces de hacer todo lo que nos propongamos, que la diabetes no te pare.

Que paséis un gran verano, sed felices.

Gas e insulina que no falte.

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Condescendencia en la diabetes, por InsulinRock

Condescendencia en la diabetes

Condescendencia en la diabetes, por InsulinRock

Hoy InsulinRock nos habla sobre un tema que todas las personas con diabetes han sufrido en algún momento: la condescendencia de otros. 

Si hay una cosa que odio como persona con diabetes es la condescendencia por parte de los que me rodean. Ese “Ay, pobrecito ¿desde cuándo tienes diabetes?” o similares que, inevitablemente, habremos escuchado más de una vez.

En mi caso, como enfermero, cuántas veces no habré compartido un turno con otro colega que, al saber que tengo diabetes, me ha soltado ese típico “pues no te vaya a dar un bajón, a ver si voy a tener que ocuparme de ti como paciente también”. Y aunque entiendo que es un comentario en broma (o eso espero), me es inevitable el pensar que “llevo cuidando de mi mismo 24/7 desde que debuté como para que ahora llegues tú, con complejo de Superman, a salvarme la vida”.

Como no me gusta transmitir a mis pacientes una cosa que a mi no me gustaría (ya que también cumplo el rol de paciente cuando me toca), una de las cosas que intento desde el primer momento en que empecé a ejercer como educador en diabetes es no caer en esta condescendencia.

Hace ya casi un año, comencé a trabajar con una población con la que no estaba acostumbrado a trabajar para nada y estas son las personas con diabetes tipo 2.
Al cabo de un tiempo trabajando con ellos llegué a dos conclusiones.

La primera creo que es evidente y no os va a parecer revolucionaria, una de las mayores carencias que tienen estos pacientes es la de educación en diabetes.
Pocos son los que llegan a tener educación diabetológica de algún tipo y extremadamente pequeño es el porcentaje que llega a tener una consulta con un educador en diabetes.

La otra de las conclusiones a la que llegué es que esa poca información la cual reciben es totalmente condescendiente. Las pautas son prohibitivas sin llegar a explicarles, como adultos que son, el por qué.
Expresiones como “tienes un poco de azúcar”, “no comas dulces”, “si ves que vas a comer más, ponte más insulina”...Esta última frase es la culpable de más de una hipoglucemia en navidad después de aumentar la dosis de insulina para comer cantidades ingentes de langostinos y embutidos... 

Pero si en lugar de eso, tratamos a esa persona como un adulto, haciéndole razonar las decisiones que toma y el por qué de sus subidas y sus bajadas, estamos favoreciendo a un paciente empoderado, curioso, que se hará preguntas y que buscará las respuestas en su equipo médico.

Otros de los lugares donde encuentro condescendencia a tutiplén es en la puesta de sistemas integrados. Tal vez me equivoco, pero me parece una equivocación que sean agentes externos los que se dediquen a realizar la formación sobre dichos sistemas; y más aún que estas personas sean simples “técnicos”. Es decir, una persona que simplemente se dedica a “colocar y configurar” un sistema no puede, para nada, tener el nivel de conexión, empatía y comprensión con un paciente al que tú, como su profesional de referencia, has estado llevando desde el debut en muchos de los casos.
Esa “conexión” (por llamarlo de alguna forma) es algo que el profesional de cabecera ha estado trabajando consulta a consulta, a pico y pala, y no puede igualarlo un “extraño” que aparece de repente.

Condescendencia. “Tú no sabes. Este sistema está por encima de ti y si a ti no te va bien es por que te portas mal” Lo siento, pero las personas con diabetes hacemos lo que podemos con los recursos que tenemos.

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Diabetes y problemas gástricos

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Diabetes y problemas gástricos

La diabetes está asociada a una serie de complicaciones, como enfermedades cardiovasculares, nefropatía, ceguera y problemas gástricos (estomacales)1,2

En este artículo nos centraremos en la diabetes y los problemas gástricos. Si tienes diabetes y te preguntas qué efecto puede tener sobre tu digestión o si tienes síntomas estomacales, este artículo te ayudará a aprender un poco más sobre lo que podría estar pasando.

Diabetes y digestión: ¿qué relación guardan?

La diabetes puede dañar algunos sistemas y aparatos del cuerpo, como el sistema nervioso2. Estos daños se denominan neuropatía2.

La neuropatía puede dividirse en varias anomalías, como la neuropatía autonómica, que afecta a los nervios autónomos de fibras finas2. La neuropatía autonómica puede afectar a diversos órganos, como el corazón y los vasos sanguíneos, los riñones, la vejiga y el sistema gastrointestinal (el sistema digestivo)2.

La neuropatía autonómica diabética (NAD) puede ocasionar problemas con los músculos del esófago, gastroparesia y un conjunto de problemas intestinales, como diarrea e incontinencia2.

Acidez gástrica y diabetes

Se ha descubierto que las personas con diabetes tienen mayor riesgo de sufrir una afección denominada enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) que las personas sin diabetes3.

La ERGE está provocada por el retorno del ácido del estómago al esófago, que ocasiona irritación (a veces se denomina reflujo de ácido)3.

Los síntomas de la ERGE abarcan acidez gástrica, dolores torácicos y retorno a la boca de un líquido con un sabor ácido3.

No está del todo claro por qué la diabetes conlleva un mayor riesgo de reflujo, pero los estudios han demostrado que el sobrepeso y obesidad también son factores de riesgo independientes importantes de ERGE3. Algunas personas con diabetes (especialmente de tipo 2) son obesas, y esta puede ser una de las razones por las que la diabetes causa la enfermedad3. También se ha sugerido que la neuropatía autonómica diabética puede tener algo que ver3.

Gastroparesia diabética

La gastroparesia diabética es una complicación derivada de la diabetes que se caracteriza porque el estómago tarda más de lo normal en vaciarse, lo que se conoce como retraso del vaciamiento gástrico (RVG)1.

Un estudio reveló que hasta el 50 % de las personas con diabetes de tipo 1 o de tipo 2 y control subóptimo de la glucosa en sangre sufrían retraso del vaciamiento gástrico1.

No todas las personas que tienen RVG recibirán un diagnóstico de gastroparesia; puede que algunas personas no tengan ningún síntoma y que otras solo experimenten acidez gástrica moderada1. Un diagnóstico de gastroparesia conlleva síntomas gastrointestinales de moderados a graves y RVG, que el médico detectará a través de pruebas y exploraciones especializadas1.

El retraso del vaciamiento gástrico observado en la gastroparesia puede tener diversas causas subyacentes, como un nivel alto de glucosa en sangre (hiperglucemia), neuropatía autonómica diabética y daños en los músculos y los nervios debido a inflamación1.

La gastroparesia puede deteriorar notablemente la calidad de vida de una persona: hasta la mitad de las personas que sufren esta afección experimentan ansiedad o depresión1.

Síntomas de la gastroparesia

Los síntomas de la gastroparesia pueden incluir1:

  • Sensación de saciarse antes de lo esperado
  • Sensación de estar muy lleno después de una comida
  • Náuseas
  • Vómitos
  • Gases
  • Dolor en la parte superior del abdomen
  • Pérdida de peso

Muchos de estos síntomas también pueden deberse a otras afecciones, algunas de ellas graves, por lo que si los sufres, consulta con tu médico.

Complicaciones de la gastroparesia

La gastroparesia altera la forma en que los alimentos transitan por el sistema digestivo, lo que podría dificultar el control de la glucosa en sangre2

En algunos casos, la gastroparesia puede hacer que no absorbas nutrientes suficientes de los alimentos, provocando déficits nutricionales y deshidratación2.

Una gastroparesia grave incrementa las probabilidades de tener que ser hospitalizado1. En casos extremos, puede ser incluso potencialmente mortal1.

Tratamiento de la gastroparesia

Los principales objetivos de este tratamiento son reducir los síntomas, garantizar una nutrición suficiente y ayudar a mejorar la calidad de vida1.

El primer tratamiento suele ser medicación para controlar las náuseas y los vómitos (antieméticos)1.

Tu equipo médico puede sugerirte cambios en la dieta para reducir los síntomas1, lo que puede implicar tomar alimentos más bajos en grasa y en fibra y con un tamaño de partícula pequeño1.

En casos más graves, en los que el organismo es incapaz de absorber todos los nutrientes que necesita de los alimentos, el equipo médico puede recomendarte suplementos nutricionales1. Esto quizá implique tener que recibir alimentos líquidos a través de un tubo insertado en el estómago1.

En casos muy raros, puede ser necesario realizar una cirugía estomacal para tratar la enfermedad1.

Diabetes e infecciones bacterianas

Si no logras controlar la diabetes, puedes sufrir riesgo de infecciones en varias partes del cuerpo, como la piel, los huesos, las orejas, los pulmones, el aparato urinario o el aparato digestivo4. Los niveles de glucosa en sangre mal controlados están asociados a infecciones graves4.

Se cree que un nivel alto de glucosa en sangre puede interferir en la «función de barrera» del intestino, que impide que las bacterias y otros patógenos entren en el organismo4.

Un ejemplo de una infección gastrointestinal es la infección por H. pylori, que causa inflamación y úlceras estomacales y que se ha descubierto que es más frecuente entre personas con diabetes de tipo 25.

Los índices de este tipo de infección son mayores en personas con diabetes de tipo 2 y en personas de edad avanzada5. La causa de los índices más altos de infección por H. pylori en personas con diabetes no está del todo clara y se sigue investigando5.

Cómo prevenir problemas estomacales si tienes diabetes

Cómo prevenir problemas estomacales si tienes diabetes

Cómo prevenir problemas estomacales si tienes diabetes

Puedes adoptar varias medidas para reducir el riesgo de sufrir problemas estomacales2,3

Como ocurre con cualquier otra complicación derivada de la diabetes, la gastroparesia diabética puede prevenirse con un buen control de la glucosa en sangre desde el principio2.

La hidratación y la nutrición también son importantes para prevenir muchas de las complicaciones derivadas de la gastroparesia diabética y la neuropatía autonómica, como la cetosis/cetoacidosis diabética, el retraso en la cicatrización y caquexia diabética2. Se recomienda recurrir a la ayuda de un nutricionista especializado en gastroparesia2.

El reflujo de ácido se puede prevenir manteniendo bajo el nivel de HbA1c3. También resulta útil para reducir el reflujo mantenerse en el peso ideal3.

Diabetes y problemas gástricos: principales conclusiones

La diabetes está asociada a varios problemas estomacales, como el reflujo de ácido, los problemas con el vaciamiento del estómago y las infecciones1

Tener un nivel alto de glucosa en sangre o complicaciones como neuropatía diabética puede provocar problemas estomacales asociados con la diabetes1.

Tu equipo médico puede sugerir algunas medidas para aliviar los síntomas, como cambios en la dieta, un buen control de los niveles de glucosa en sangre y mantener el peso ideal1,3.

Tu equipo te puede recomendar medicamentos para aliviar los síntomas, pero puede que ocasionalmente se necesiten otros tratamientos1.

Si te preocupa algún aspecto del control de tu diabetes o tienes síntomas de una complicación relacionada con el estómago, tu equipo médico te ayudará.

Fuentes

  1. Bharucha AE, et al. Diabetic Gastroparesis. Endocrine Reviews. 2019;40(5):1318–1352. https://doi.org/10.1210/er.2018-00161
  2. Krishnasamy S & Abell TL. Diabetic Gastroparesis: Principles and Current Trends in Management. Diabetes Ther. 2018;9(S1):S1–S42. https://doi.org/10.1007/s13300-018-0454-9
  3. Sun XM, et al. Association between diabetes mellitus and gastroesophageal reflux disease: A meta-analysis. World J Gastroenterol. 2015;21(10):3085-92. doi: 10.3748/wjg.v21.i10.3085.
  4. Erener S. Diabetes, infection risk and COVID-19. Molecular Metabolism. 2020;39:101044. https://doi.org/10.1016/j.molmet.2020.101044
  5. Nodoushan SAH & Nabavi A. The interaction of Helicobacter pylori infection and type 2 diabetes mellitus. Adv Biomed Res. 2019;8:15. doi: 10.4103/abr.abr_37_18.
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