Cierralo

¿Qué estás buscando hoy?

Escriba cualquier palabra y presione enter

S.I.V.A.I.N.V.I. (Sistema de Insulina Variable Automáticamente Inyectada para VIvir)

Sistema de Insulina Variable Automáticamente Inyectada para VIvir

S.I.V.A.I.N.V.I. (Sistema de Insulina Variable Automáticamente Inyectada para VIvir)

Hoy InsulinRock nos habla de las etiquetas. De cómo “diabético” ha dejado paso a “con diabetes”, y gracias a las nuevas tecnologías, a veces ni siquiera eso.

Hace ya unos cuantos años cayó en mis manos una guitarra eléctrica. En aquella época yo me definía como “punk”; pantalones militares, camisetas oscuras con monstruos, melena al viento… en aquella época tenía 15 años y es en esa adolescencia donde tratamos de buscar nuestro sitio uniéndonos a comunidades afines a nuestros gustos.

A medida que fui aprendiendo a tocar la guitarra me di cuenta que el punk era muy simplista y mis gustos evolucionaron, de manera que directamente mi autodefinición pasó de “punk” a “rockero”. Pero ahí no acaba la cosa. Cuando algo me apasiona con fuerza, siempre trato de indagar hasta lo más profundo de ese algo y dar con sus orígenes; tal vez por eso casi acabo estudiando historia en lugar de enfermería.

El caso es que, siguiendo esa pulsión mía llegué hasta el blues; Robert Johnson, Son House, Skip James, Jhon Lee Hooker… Se acabó, ya no soy “rockero”, ahora soy “bluesman”. Y venga a dar la lata con los slides hechos de bottleneck y las canciones con el típico patrón I, IV, V pero ¿qué le vamos a hacer? yo había decidido que el diablo azul de la melancolía (blues) caminara conmigo.

Fue cuando entré en la universidad que me compré una vieja guitarra española y aunque al principio hacía sonar en ella todo el rock y el blues que había aprendido, acabé experimentando con sonidos que le pegaban más a ese tipo de guitarra. La música mexicana llegó a mí en aquella época de la mano de Chavela Vargas y fue entonces que me arrimé a los boleros, los valses, los corridos… Juan Gabriel, Vicente fernandez… ok, yo creo que eso de ser “bluesman” se ha quedado viejo, ahora soy “mexicano”; incluso deformé mi apellido “Camacho”, ahora soy “Chamaco” para los amigos.

Esa etapa duró algún tiempo hasta que escuché Sueño con serpientes de Silvio Rodriguez y decidí que la mejor forma de expresarse era a través de la música de autor. Dejadme solo, que ahora soy “cantautor”.

Fue más o menos en esa época que, de repente, algo pasó y me ingresaron en el hospital.

— Pues resulta que eres diabetico.

— No puede ser, hace unos meses era mexicano, pero en este momento soy cantautor.

Era la primera vez que otra persona, que no era yo, se encargaba de colocarme la etiqueta, pero estaba claro que yo no iba a saber más que aquellos señores vestidos de blanco.

Tenía que acostumbrarme a esta nueva vida; cuidado con las hipoglucemias, llevar siempre algo de absorción rápida, las insulinas, los pinchazos en los dedos…

Un momento, ¿Que me tengo que pinchar en los dedos entre 3 y 6 veces al día? hice los cálculos y no me salían muy bien las cuentas…”si me pincho 5 veces y tengo 10 dedos”… Además tenía que seguir tocando la guitarra y más en aquel momento de incertidumbre y desazón, pues esta siempre fue mi válvula de escape.

Entonces tomé una decisión que mantengo a día de hoy; pincharme en los brazos. La primera vez que alguien me preguntó que qué hacía pinchándome en los brazos le dije que “llevo más años siendo guitarrista que diabetico” y, oye, que no es una cosa que yo me haya inventado; muchos pinchadores traen adaptadores para pincharse en zonas alternativas como los brazos, muslos o la cara interna de la palma de la mano.

Al principio, cuando tienes diabetes, no le echas cuenta a esos pequeños detalles, pero a medida que pasa el tiempo tienes mayor capacidad analítica. Actualmente sigo tocando la guitarra, y toco desde rock hasta carnavales, desde Los Delicuentes hasta Rammstein y el hecho de deshacerme de esas etiquetas pueriles consiguió que rompiera todas las barreraspara de esa forma poder disfrutar de cualquier música que me guste o me inspire.

Hace unos años que dejé de ser “diabetico”, simplemente “tengo diabetes” cuando me da una hipoglucemia, cuando tardo un rato en comer porque tengo que calcular las raciones en una comida nueva o, ¿por qué no? cuando tengo que ir al centro de salud para recoger los insumos; de la misma forma que cuando me pongo un disco de Hendrix, soy rockero o me vuelvo flamenco con Camarón.

Pero de este discurso anti-etiquetas hay algo que me asusta. Y es que, no hace mucho, charlando con un colega sobre todo esto, ambos, que llevamos sistemas integrados, llegamos a una conclusión y es que “nos sentimos más cyborg que diabéticos” ya que gracias a la tecnología, le dedicamos menos tiempo a la diabetes y por tanto, “tenemos diabetes” durante muchísimo menos tiempo.

¿Será este el principio de una nueva etapa en mi vida, una etapa de transhumanismo ciberpunk al más puro estilo de Ghost in the Shell o Neuromante?

Show me:
All

HbA1c y diabetes: todo sobre el análisis de HbA1c

HBA1c

Guía sobre la HBA1c: todo sobre el análisis de HbA1c

HbA1c significa «glucohemoglobina», un marcador importante de los niveles de glucosa en sangre y de su control a largo plazo [1, 2].

Medir la concentración de HbA1c puede ayudar a diagnosticar la diabetes y la prediabetes [1]. Si ya te han diagnosticado diabetes, un análisis de HbA1c también puede ayudaros a ti y a tu equipo médico a controlar la enfermedad [3].

En esta guía, analizamos detenidamente qué es el análisis de HbA1c, cómo realizarlo, por qué es necesario para medir la concentración de HbA1c y qué diferencias existen entre el análisis de HbA1c y otras formas de monitorización de los niveles de glucosa en sangre.

¿Qué es la HbA1c?

El análisis de HbA1c también se conoce como análisis de A1C, análisis de la hemoglobina glicada o análisis de la hemoglobina A1c [2].

Mide la «glucohemoglobina», es decir, la hemoglobina «recubierta» de glucosa que circula por el torrente sanguíneo [2]. 

Una vez que la glucosa se obtiene de los alimentos y entra en el flujo sanguíneo, se une a la hemoglobina, que es la proteína que confiere a la sangre su característico color rojo brillante y cuya principal misión es transportar el oxígeno de los pulmones a todas las células del organismo [2].

El proceso de glicación es normal [1] y, como resultado del mismo, la glucosa se une a la hemoglobina [3].

Los niveles más elevados de glucosa en sangre se muestran en la superficie de la proteína hemoglobina [2]. El análisis de HbA1c mide el porcentaje de glóbulos rojos que tienen hemoglobina recubierta de glucosa [3]. 

Cuando mayor es el porcentaje, más glucosa hay en la sangre.

¿Qué es el análisis de HbA1c?

El análisis de HbA1c se utiliza para determinar si los niveles medios de glucosa en sangre se sitúan dentro del rango «normal» (es decir, de «no diabetes») o dentro del rango objetivo, para el tratamiento o el control de la diabetes [1, 2]. El análisis muestra una media del nivel de glucosa en sangre en los últimos 90 días [2]. 

El análisis de HbA1c se puede realizar cerca del paciente (es decir, en casa, en una farmacia, en una consulta médica general, en un hospital, etc.) o enviarse a un laboratorio [2, 4].

El análisis no requiere ninguna preparación especial, como ayuno. Conlleva la extracción de una muestra de sangre de un capilar sanguíneo por medio de punción digital o del brazo [3]. 

Todos los profesionales sanitarios que atienden a una persona con diabetes deben entender y saber interpretar un análisis de HbA1c, ya sea un médico, un profesional de enfermería o un farmacéutico [2, 3].

Concentración de HbA1c: ¿qué se considera un rango normal de HbA1c? 

Los resultados del análisis de HbA1c se sitúan normalmente dentro de los siguientes rangos [1]:

  • 4,0 %–5,6 %: rango normal o de no diabetes
  • 5,7 %–6,4 %: prediabetes 
  • 6,5 % o superior: diabetes

Si tienes prediabetes, cuanto mayor sea la concentración de HbA1c, mayor es el riesgo de que desarrolles diabetes de tipo 2 [3].

Por lo general, si tienes diabetes de tipo 2, tu equipo médico puede recomendarte mantener la concentración de HbA1c por debajo del 7 %, además de llevar un estilo de vida saludable [1, 5, 6]. 

Sin embargo, son varios los factores que intervienen para determinar tus objetivos personales de HbA1c [3, 6]. Por ejemplo, el objetivo de las personas propensas a la hipoglucemia, que ya han desarrollado complicaciones graves, o cuya diabetes ya es antigua, puede aumentar hasta menos del 8 % [5, 6].

Por el contrario, puede establecerse un límite más estricto inferior al 6,5 % para personas: 

  • cuya diabetes es reciente, 
  • que tienen diabetes de tipo 2 que se está tratando solo con modificaciones del estilo de vida o solo con metformina, 
  • que no tienen enfermedad cardiovascular importante, no tienen complicaciones y tienen una esperanza de vida prolongada [6].

Este límite también se puede prescribir si existe un riesgo bajo de hipoglucemia grave o de otros efectos secundarios del tratamiento [6].

El riesgo de hipoglucemia es mayor en el caso de la diabetes de tipo 1 [6], por lo que el establecimiento de un límite de HbA1c más bajo más estricto conlleva más riesgos. Aunque los distintos países y organizaciones internacionales no han alcanzado un consenso relativo al umbral que ayuda a evitar complicaciones, en general se recomienda establecer la concentración de HbA1c entre el 6,5 y el 7,5 %.

Sin embargo, algunas investigaciones nuevas indican que el riesgo de complicaciones se puede reducir al mínimo en la diabetes de tipo 1 manteniendo el «punto dulce» de HbA1c entre el 6,5 y el 6,9 % [7].

Beneficios de cumplir los objetivos de HbA1c

Los análisis de HbA1c pueden predecir y evitar hiperglucemia (o niveles elevados de glucosa en sangre) crónica, lo que ayuda a reducir el riesgo de complicaciones a largo plazo [1].

Numerosos estudios han demostrado que el cumplimiento de los objetivos de HbA1c reduce el riesgo de desarrollar complicaciones microvasculares como la retinopatía, la neuropatía y la nefropatía en la diabetes de tipo 1 y de tipo 2 [2, 6].

El riesgo de infartos de miocardio, enfermedad cardiovascular y cardiopatía también es menor si se aplica el control glucémico [1, 6], especialmente a largo plazo [2].

Sin embargo, es importante que los profesionales sanitarios tengan en cuenta que, en el caso de algunos pacientes con diabetes de tipo 1, el riesgo de hipoglucemia grave puede superar los posibles beneficios del control glucémico estricto [6].

¿Con qué frecuencia se debe comprobar la concentración de HbA1c?

El análisis de A1C debe realizarse de forma rutinaria en todos los pacientes con diabetes, desde la evaluación inicial y posteriormente en el marco de la atención continuada de la diabetes [6].

Tan pronto como se diagnostica la diabetes, la concentración de HbA1c debe comprobarse aproximadamente cada tres meses para determinar si se han cumplido y se mantienen los objetivos glucémicos [5, 6]. 

En el caso de las personas con diabetes cuya medicación ha cambiado, los niveles de HbA1c también deben comprobarse cada tres meses [2].

En el caso de las personas con diabetes de tipo 1, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un control más frecuente que el de dos veces al año recomendado para la diabetes de tipo 2 [8].

Diferencia entre el análisis de HbA1c y la monitorización de la glucosa en sangre

Tanto el análisis de HbA1c como la monitorización de la glucosa en sangre se pueden utilizar para medir los niveles de glucosa en sangre, pero existen diferencias entre los dos tipos de análisis. 

El análisis de HbA1c puede proporcionar una lectura de los niveles medios de glucosa en sangre durante un período de 2-3 meses [1, 5], mientras que los análisis de los niveles de glucosa en sangre ofrecen una lectura en un momento concreto [1, 8].

Por lo tanto, la monitorización de los niveles de glucosa en sangre pueden captar las variaciones a corto plazo de la glucosa en sangre, algo que no consigue el análisis de HbA1c [3]. Por ejemplo, dos personas pueden tener una misma lectura de HbA1c, pero una de ellas puede experimentar picos y descensos bruscos de la glucosa en sangre [3].

La posibilidad de observar el modo en que la glucosa en sangre fluctúa a lo largo del día, y qué actividades o alimentos afectan a esta fluctuación, puede ayudar a tomar decisiones de tratamiento inmediatas, como la administración de insulina. También puede ayudar a evitar episodios de hiperglucemia (niveles de glucosa elevados) e hipoglucemia (niveles de glucosa bajos) [6].

Complicaciones derivadas de la diabetes

Por otro lado, el análisis de HbA1c está correlacionado con el riesgo de complicaciones derivadas de la diabetes a largo plazo, por lo que es una buena forma de monitorizar y controlar una enfermedad crónica como la diabetes [1,3].

Algunas investigaciones indican que el análisis de HbA1c es más preciso que la monitorización de la glucosa en sangre para predecir el riesgo de retinopatía, accidente cerebrovascular, cardiopatía y mortalidad por cualquier causa [9, 10]. Sin embargo, la OMS advierte que no existen pruebas claras de ello [9].

Diagnóstico de la diabetes

Para diagnosticar la diabetes, resulta más práctico fijarse en la concentración de HbA1c. No es necesario que ayunes para hacer el análisis, como ocurre con el análisis de glucemia en ayunas o la prueba oral de tolerancia a la glucosa [8, 9].

Sin embargo, algunos factores pueden hacer que el resultado del análisis de HbA1c sea menos preciso, como factores genéticos o algunas enfermedades como la malaria o algunas anemias [9]. También cabe señalar que, aunque los análisis de HbA1c resultan útiles y cómodos en comparación con las mediciones de la glucosa en plasma para el diagnóstico de la diabetes, estos primeros no están disponibles en muchos países [9].

La OMS también advierte que un único análisis de HbA1c no es suficiente para realizar un diagnóstico de diabetes y que se requiere un estudio más profundo de todos los grupos étnicos principales para determinar si las concentraciones de HbA1c predicen con precisión las complicaciones derivadas de la diabetes [9].

Tabla de conversión de HbA1c

Según Sherwani et al. (2016) [1], en la siguiente tabla de conversión se muestra el modo en que las concentraciones de HbA1c se correlacionan con los niveles medios de glucosa en sangre y con el riesgo de diabetes y de complicaciones relacionadas con la diabetes:

Tabla de conversión de HbA1c

Tabla de conversión de HbA1c

El análisis de HbA1c es una piedra angular del diagnóstico y el control de la diabetes [1, 3]. 

El análisis tiene ventajas y desventajas, pero, en general, la determinación de la glucohemoglobina representa una forma cómoda y precisa de medir los niveles de glucosa en sangre, y el rango de HbA1c es esencial para establecer el riesgo de diabetes y de complicaciones derivadas de la diabetes.

Fuentes

  1. [1] Sherwani, S. I., Khan, H. A., Ekhzaimy, A., Masood, A., & Sakharkar, M. K. “Significance of HbA1c test in diagnosis and prognosis of diabetic patients.” Biomarker Insights 2016:11 95–104 doi: 10.4137/BMI.S38440. https://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.4137/BMI.S38440
  2. [2] Eyth, E., & Naik, R. “Hemoglobin A1C.” [Updated 2021 Apr 5]. In: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2022 Jan-. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK549816/
  3. “All About Your A1C.” Centers for Disease Control and Prevention (CDC). Accessed March 3, 2022. https://www.cdc.gov/diabetes/managing/managing-blood-sugar/a1c.html
  4. “Definitions: Point of Care testing.” Department of Health, Australian Government. Accessed March 3, 2022. https://www1.health.gov.au/internet/publications/publishing.nsf/Content/qupp-review~qupp-definitions
  5. “Diabetes: Type 2 diabetes management.” World Health Organization (WHO) Package of Essential Noncommunicable Diseases (PEN). https://www.who.int/ncds/management/2.2_DIABETES_Type_2_management-WHOPEN.pdf
  6. ARG, T. “Glycemic Targets: Standards of Medical Care in Diabetes—2018.” American Diabetes Association, Diabetes Care 1 January 2018; 41 (Supplement_1): S55–S64. https://doi.org/10.2337/dc18-S006
  7. Lind M, Pivodic A, Svensson A, Ólafsdóttir A F, Wedel H, Ludvigsson J et al. “HbA1c level as a risk factor for retinopathy and nephropathy in children and adults with type 1 diabetes: Swedish population based cohort study.” BMJ 2019; 366:l4894 doi:10.1136/bmj.l4894
    https://www.bmj.com/content/366/bmj.l4894
  8. “Global report on diabetes.” World Health Organization, 2016. https://www.who.int/publications/i/item/9789241565257
  9. “Use of Glycated Haemoglobin (HbA1c) in the Diagnosis of Diabetes Mellitus: Abbreviated Report of a WHO Consultation.” (No. WHO/NMH/CHP/CPM/11.1). World Health Organization, 2011. https://www.who.int/diabetes/publications/report-hba1c_2011.pdf
  10. Johns Hopkins University Bloomberg School of Public Health. "Hemoglobin A1c outperforms fasting glucose for risk prediction." ScienceDaily. ScienceDaily, 10 March 2010. https://www.sciencedaily.com/releases/2010/03/100303192434.htm
Show me:
All

Niveles de glucosa en sangre: una guía

niveles de glucosa en sangre

Niveles de glucosa en sangre: una guía

El mantenimiento de los niveles óptimos de glucosa en sangre constituye una parte fundamental del control de la diabetes [1, 2]. 

El control y el mantenimiento de niveles de glucosa estables en la sangre, junto con otros cambios en el estilo de vida, como una alimentación saludable, la práctica de ejercicio físico o el mantenimiento de un peso saludable, son esenciales para la atención de la diabetes y la calidad de vida [1, 2]. 

A continuación, te ofrecemos una guía en la que se explica por qué es tan importante controlar la glucosa en sangre.

¿Qué son los niveles de glucosa en sangre

La glucosa en sangre es la principal fuente de energía de las células de tu organismo [2, 3] y se crea al metabolizar los carbohidratos de la dieta [3]. Esta glucosa se utiliza de inmediato o se almacena en el hígado y los músculos para su uso posterior [3].

Después de comer, los alimentos se digieren y se absorben en el intestino delgado, lo que provoca un aumento de los niveles de glucosa en sangre [2]. Cuando ayunamos, estos niveles descienden y el hígado ayuda a mantener un nivel de glucosa óptimo en el organismo fabricando su propia glucosa [2]. En ambos casos, el páncreas debe segregar la hormona insulina, que es necesaria para que la glucosa entre en las células y estas la conviertan en energía [2]. 

En la diabetes, existe una producción insuficiente de insulina (diabetes de tipo 1) o un aumento de la resistencia a la insulina (diabetes de tipo 2) [4]; en ambos casos, esto interfiere en la capacidad para mantener niveles óptimos de glucosa en sangre. Por tanto, es fundamental entender y monitorizar los rangos de glucosa en sangre para controlar todos los tipos de diabetes. 

¿Por qué es importante mantener niveles óptimos de glucosa en sangre?

Las personas con diabetes sufren riesgo de complicaciones. Estas complicaciones pueden dividirse en dos tipos: microvasculares y macrovasculares [4].

La investigación revela que controlar los niveles de glucosa en sangre puede reducir el riesgo de sufrir complicaciones microvasculares, es decir, enfermedades que pueden afectar a los vasos sanguíneos pequeños [1, 4, 5]. 

Las complicaciones microvasculares incluyen:

  • retinopatía diabética o complicaciones que dañan los ojos y pueden ocasionar incluso ceguera [4]
  • neuropatía diabética o complicaciones que dañan el sistema nervioso, como pie diabético, que puede dar lugar a la amputación [4]
  • nefropatía diabética, o enfermedades que afectan a los riñones y el sistema renal, como la insuficiencia renal crónica [4] 

Las complicaciones macrovasculares incluyen:

  • enfermedad cardiovascular [4]
  • accidente cerebrovascular [4]
  • arteriopatía periférica, que puede ocasionar cardenales o lesiones que no sanan y, en última instancia, amputación [4].

Un buen control glucémico también puede prevenir algunas de estas complicaciones, como infartos de miocardio [5], aunque la evidencia aquí es menos clara que en el caso de las complicaciones microvasculares [1, 4].

Sin embargo, un esfuerzo combinado para mantener niveles de glucosa en sangre, niveles de colesterol y niveles de presión sanguínea óptimos puede dar lugar a resultados más favorables y minimizar el riesgo general de sufrir complicaciones asociadas a la diabetes [4]. 

Niveles altos de glucosa en sangre e hiperglucemia 

Una lectura de glucosa en sangre superior a 140 mg/dl se considera hiperglucemia [6].

La hiperglucemia puede estar causada por diversos factores, pero en el caso de la diabetes, se produce cuando el organismo no tiene insulina suficiente o la insulina no se utiliza correctamente [6, 7].

La hiperglucemia puede provocar síntomas como una necesidad frecuente de orinar, la sensación de tener mucha sed, fatiga, visión borrosa e infecciones recurrentes [1].

La hiperglucemia no tratada puede ocasionar complicaciones, algunas de ellas potencialmente mortales. 

Entre ellas se incluyen cardiopatías, accidente cerebrovascular, vasculopatía periférica, nefropatía y enfermedad ocular, síndrome metabólico y neuropatía [7].

Niveles bajos de glucosa en sangre e hipoglucemia 

La hipoglucemia suele definirse como un nivel de glucosa en sangre inferior a 70 mg/dl [8, 9, 10].

En la diabetes, puede presentarse como un efecto secundario de tomar insulina y otros fármacos que elevan el nivel de insulina (p. ej. sulfonilureas o meglitinidas, y ocasionalmente metformina) [9, 11]. También puede estar ocasionada por no consumir carbohidratos suficientes, ayunar, practicar ejercicio físico intenso, beber demasiado alcohol sin tomar alimentos suficientes o estar enfermo [9]. Las enfermedades graves, como la hepatopatía o la nefropatía pueden dar lugar a hipoglucemia [11].

Los síntomas de hipoglucemia incluyen sensación de debilidad, cansancio, hambre, irritabilidad o confusión, y sensación de mareo o aturdimiento [9]. Además, puedes sentir taquicardia o sentir que no piensas o hablas con claridad [9].

La hipoglucemia grave puede provocar convulsiones, pérdida de consciencia, coma e incluso la muerte [9]. Otras complicaciones a corto y largo plazo son insensibilidad a la hipoglucemia, daños neurológicos, traumatismo y acontecimientos cardiovasculares, como angina de pecho e infarto de miocardio [9].

Niveles normales de glucosa en sangre

La Organización Mundial de la Salud (OMS) [10] y la American Diabetes Association (ADA) [12] definen los niveles de glucosa en sangre para adultos de 18 años en adelante del siguiente modo:

  • los niveles normales de glucosa en sangre en ayunas (es decir, antes de desayunar y sin haber comida nada en las 8 horas anteriores) se sitúan entre 70 mg/dl y 100 mg/dl
  • una glucosa en sangre en ayunas entre 100 y 125 mg/dl indica que se requieren cambios en el estilo de vida y en el control de los niveles de glucosa en sangre. Según la ADA, esto constituye prediabetes 
  • una glucosa en sangre en ayunas de 126 mg/dl o superior en dos pruebas distintas indica un diagnóstico de diabetes 

Los objetivos de glucosa en sangre pueden variar de unas personas a otras, en función de diversos factores como [13];

  • duración de la diabetes
  • edad o esperanza de vida
  • enfermedades que una persona puede tener
  • enfermedad cardiovascular y otras complicaciones asociadas a la diabetes
  • insensibilidad a la hipoglucemia
  • otras consideraciones individuales del paciente

Para niños y adolescentes con diabetes de tipo 1, los niveles recomendados de glucosa en sangre en ayunas son entre 90130 mg/dl [14]. Las concentraciones de A1C deben ser inferiores al 7,5 %, y los niveles de glucosa en sangre después de las comidas deben medirse cuando exista una discrepancia entre los valores de glucosa en sangre en ayunas y las concentraciones de A1C [14]. 

Ten en cuenta que estas son solo directrices. Un elemento clave del control de la glucosa en sangre es que los objetivos deben individualizarse en función de un análisis de riesgos y beneficios realizado por ti y por tu equipo médico [1, 5, 14]. 

Comprobación de los niveles de glucosa en sangre

Existen varias formas de comprobar los niveles de glucosa en sangre. Puedes hacerlo tú mismo o tu equipo médico puede recomendar una serie de análisis específicos. 

El autocontrol se puede realizar utilizando [8, 9, 12, 14]: 

  • Un glucómetro: básicamente una prueba de punción digital
  • Sistemas de monitorización continua de glucosa (MCG)
  • Sistemas de monitorización flash de glucosa (denominados a veces «dispositivos de monitorización intermitente de glucosa»)

Tu equipo médico también podrá comprobar tus niveles de glucosa en sangre, especialmente para diagnosticar diabetes. Estas pruebas incluyen [12, 15]:

  • el análisis de HbA1C, también conocida como prueba de glucohemoglobina 
  • el análisis de glucemia en ayunas
  • el análisis de glucemia aleatorio
  • la prueba oral de tolerancia a la glucosa [12]

Comprobar los niveles de glucosa en sangre es esencial para diagnosticar la diabetes sin demora, controlar la enfermedad y prevenir complicaciones potencialmente mortales [15].

El mantenimiento de niveles óptimos de glucosa en sangre es fundamental para el cuidado y el autocontrol de la diabetes. Controlar los niveles de glucosa en sangre por medio de pruebas rigurosas puede ayudar a evitar complicaciones microvasculares y macrovasculares, prevenir la hipoglucemia y la hiperglucemia, y mantener la calidad de vida de las personas con diabetes.

Fuentes

  1. Davies, M. J., D’Alessio, D. A., Fradkin, J., Kernan, W. N., Mathieu, C., Mingrone, G., ... & Buse, J. B. (2018). Management of hyperglycaemia in type 2 diabetes, 2018. A consensus report by the American Diabetes Association (ADA) and the European Association for the Study of Diabetes (EASD). Diabetologia, 61(12), 2461-2498. https://link.springer.com/article/10.1007/s00125-018-4729-5
  2. “Blood glucose” topic overview, Science Direct, accessed February 26, 2022. https://www.sciencedirect.com/topics/agricultural-and-biological-sciences/blood-glucose
  3. “Carbohydrates,” Medline Plus, National Institutes of Health National Library of Medicine, accessed February 26, 2022.
    https://medlineplus.gov/carbohydrates.html
  4. Deshpande, A. D., Harris-Hayes, M., & Schootman, M. (2008). Epidemiology of diabetes and diabetes-related complications. Physical therapy, 88(11), 1254-1264. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3870323/
  5. Letters to the Editor, Glycemic Control Is an Important Consideration in Diabetes Care, Am Fam Physician. 2014 Oct 15;90(8):524-526. https://www.aafp.org/afp/2014/1015/p524.html
  6. “Hyperglycemia and hypoglycemia in type 1 diabetes,” InformedHealth.org [Internet]. Cologne, Germany: Institute for Quality and Efficiency in Health Care (IQWiG); 2006. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK279340/
  7. Mouri MI, Badireddy M. hyperglycaemia. [Updated 2021 May 10]. In: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2022 Jan-. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK430900/
  8. “Hypoglycaemia (Low Blood sugar),” American Diabetes Association, accessed February 26, 2022. https://www.diabetes.org/healthy-living/medication-treatments/blood-glucose-testing-and-control/hypoglycemia
  9. “Low Blood Glucose (hypoglycaemia),” National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases, U.S. Department of Health and Human Services, accessed February 26, 2022. https://www.niddk.nih.gov/health-information/diabetes/overview/preventing-problems/low-blood-glucose-hypoglycemia
  10. World Health Organization, “Mean fasting blood glucose,” accessed February 26, 2022. https://www.who.int/data/gho/indicator-metadata-registry/imr-details/2380
  11. Shafiee, G., Mohajeri-Tehrani, M., Pajouhi, M., & Larijani, B. (2012). The importance of hypoglycemia in diabetic patients. Journal of Diabetes & Metabolic Disorders, 11(1), 1-7. https://link.springer.com/article/10.1186/2251-6581-11-17
  12. “Understanding A1C Diagnosis,” American Diabetes Association, accessed February 26, 2022. https://www.diabetes.org/diabetes/a1c/diagnosis
  13. “The Big Picture: Checking Your Blood Sugar,” American Diabetes Association, accessed February 26, 2022. https://www.diabetes.org/healthy-living/medication-treatments/blood-glucose-testing-and-control/checking-your-blood-sugar
  14. American Diabetes Association; 13. Children and Adolescents: Standards of Medical Care in Diabetes—2019. Diabetes Care 1 January 2019; 42 (Supplement_1): S148–S164.
    https://doi.org/10.2337/dc19-S013
  15. “Diabetes Tests & Diagnosis,” National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases, U.S. Department of Health and Human Services, accessed February 26, 2022. https://www.niddk.nih.gov/health-information/diabetes/overview/tests-diagnosis
Show me:
All

Por primera vez en mi vida con diabetes

Como cambio mi vida la diabetes

Por primera vez en mi vida con diabetes

Hoy Óscar López de Briñas (Reflexiones de un Jedi Azucarado) echa la vista atrás para comprobar cómo los adelantos en diabetes han ido cambiando su vida desde que le diagnosticaron diabetes.

El mes que viene en junio de 2022 cumpliré un año más con diabetes. Un “cumpleaños diabético”. Esa efeméride que casi todos recordamos cuando llega (pero por supuesto no celebramos) y que inevitablemente nos hace recordar, enviándonos al pasado de nuestro diagnóstico (que no “debut”, palabra que como sabéis odio por inadecuada). Y recordamos aquellos primeros momentos. Confusos, convulsos, llenos de emociones, lloros, estrés y una intensa sensación de que desde ese momento, nuestra vida había cambiado para siempre. Con el tiempo y el aprendizaje, la calma llega y los muros se derriban. Haces de todo, comes de todo, vives como todos… aunque con algunas diferencias. Prevemos, calculamos, planificamos cada paso. Somos calculadoras humanas porque la diabetes así lo exige. Y es una tarea agotadora. Ahora hacemos todo lo que queremos, pero no salimos de casa sin un sensor, un medidor capilar, una pluma de insulina, una bomba de infusión, unos azucarillos o pastillas de glucosa… Tenemos al día una serie de procedimientos, rutinas, obligaciones que no tiene alguien sin diabetes. Y por todo eso, como decía más arriba, el desgaste mental es alto. Y cualquier pequeño avance que suponga una mejora en la calidad de vida es muy bien recibido por nosotros. 

Y cuando cada año llegamos a nuestro “cumpleaños diabético”, echamos la vista atrás casi sin quererlo. Yo, que este año cumplo 36 años con Ella, recuerdo ya muchas cosas que han pasado por mi vida. Ha habido multitud de pequeños avances que me han ido dando esa calidad de vida a la que me refería arriba. Disponer de una pluma de insulina en lugar de tener que moverme con viales y jeringuillas… tener un medidor capilar en lugar de medirme la glucosa en orina… poder conocer la glucemia en todo momento con un sensor… ha habido muchas mejoras que nos han permitido ganar un poquito más de calidad de vida. Un poquito, otro poquito más, y otro más… Pero si tengo que elegir un avance que verdaderamente implique una mejora de calidad de vida en estos 36 años con diabetes es el de los nuevos sistemas bomba-sensor con algoritmos.

Ya lo he contado en mi blog, pero la sensación de poder relajarme un poco con mi diabetes no la había experimentado nunca en mis 36 años con Ella hasta que probé estos sistemas. Aunque aún están empezando, tienen mucho camino por recorrer, sus algoritmos deben mejorar y perfeccionarse… Lo sé. Pero a día de hoy lo que permiten ya es algo increíble: y notas que te preocupas menos por tu diabetes. Si antes yo al día tenía que tomar muchas decisiones, con mi sistema ahora tengo que decidir mucho menos porque él decide por mi. No tener que estar preocupado y actuando constantemente para mantener la glucemia basal en rango… no tener que preocuparme por las noches porque el sistema lo hará por mi… no tener que preocuparme por controlar una posible bajada porque el sistema actuará con antelación… Son una serie de decisiones que ya no tengo que tomar y eso me supone una mejora enorme de calidad de vida; de relajación, de paz. Ya lo he dicho en el blog y en mis charlas de diabetes en más de una ocasión: en mis 36 años con diabetes nunca había sentido una mejora de calidad de vida como la que he sentido con estos sistemas. No había tenido nunca un nivel de relajación como el que tengo ahora. Lógicamente no es una desconexión total de Ella, pero sí una rebaja importante de atención. Aunque tengo que seguir tomando decisiones y estar vigilante, la situación es bastante diferente. Si te quitan una carga de trabajo, todo es mucho más fácil de gestionar. Y esa es para mi la gran ventaja de los nuevos sistemas bomba-sensor con algoritmos: ellos se encargan de parte del trabajo que antes era todo para ti.

Este mes de junio cumpliré 36 años con Ella. Y por primera vez en mi vida con diabetes, creo que incluso hasta lo celebraré. Porque me siento más libre, más relajado, más capaz de controlarlo todo al haber dejado parte del trabajo a este sistema. Hace años que monté el blog “Reflexiones de un Jedi Azucarado” porque ya tenía claro desde antes que hasta que la ciencia lo logre, la tecnología era la que nos iba a cambiar la vida con diabetes. Y ya lo está haciendo. Ya estamos viviendo ese cambio. Y el panorama sigue evolucionando. En los próximos cinco años vamos a conocer grandes mejoras en estos sistemas. Súbete al tren de la tecnología, porque va muy, muy rápido y te va a mejorar la vida con diabetes…

Show me:
All

Cómo evitar las hipoglucemias al hacer ejercicio

Cómo evitar las hipoglucemias al hacer ejercicio

Cómo evitar las hipoglucemias al hacer ejercicio

El ejercicio es, junto a la correcta alimentación, una de las claves para controlar la diabetes. No sólo nos ayuda a mantenernos en nuestro peso, mejorar la circulación, o regular nuestro metabolismo. También aumenta la sensibilidad a la insulina y reduce los niveles de glucosa, de forma que disminuye la necesidad de la hormona en nuestro cuerpo.

Sin embargo, debemos mantener bajo control ese descenso de glucosa que nos produce el ejercicio, para evitar una posible hipoglucemia. La actividad física tiene capacidad de reducir los niveles de glucosa hasta 24 horas después de ejercitarnos, por lo que es importante vigilar nuestro cuerpo para adelantarnos a un descenso excesivo de nuestros niveles de glucosa.

Pero, ¿cómo controlar estos descensos? Lo ideal es contar con un sistema de asa cerrada, que nos permita ajustar las dosis de insulina según la tendencia de los niveles de glucosa, y nos avise con una alarma si aún así los niveles caen demasiado bajo.

Pero también hay otros consejos que nos ayudarán a mantenernos lejos de las hiperglucemias. El primero y más evidente es no comenzar el ejercicio si ya estamos en niveles demasiado bajos o detectamos la presencia de cuerpos cetónicos. Si es el caso, tocará retrasar la actividad unas horas o incluso pasarla al próximo día.

Si los niveles no son especialmente bajos, subirlos un poco antes de la actividad puede ser suficiente. Como con cualquier asunto relacionado con la diabetes el ejercicio, las recomendaciones de tu médico son la guía a seguir en estas situaciones.

Para no llegar al ejercicio bajos, si sabemos que vamos a hacer ejercicio, podemos disminuir la administración de insulina tras la última comida previa. ¿Cuánto la disminuimos? Nuevamente, vuestro médico os dará una guía, que podréis ajustar a medida que tengáis experiencia.

Una vez comenzado el ejercicio, si éste es corto y no es intenso, bastaría con controlar los niveles de glucosa justo antes, y justo después.

Por contra, si es un ejercicio largo, deberemos controlar los niveles en uno o varios puntos intermedios, e incluso consumir hidratos rápidos si es necesario.

Pero, como hemos dicho, las bajadas de glucosa también pueden producirse tras la actividad. A medida que repitamos entrenamientos iremos aprendiendo cómo responde nuestro cuerpo a ellos. Pero, por muy confiados que estemos al conocer nuestro cuerpo, siempre nos haremos un control justo antes de ir a dormir, para prevenir una hipoglucemia nocturna. Y, claro, ¡no nos saltaremos la cena si hemos hecho ejercicio!

Básicamente todo lo que tenemos que hacer es mantener el control de nuestros niveles glucémicos, para detectar si éstos están en descenso, y evitar así ningún problema.

Un sencillo cuidado que nos permitirá disfrutar de todas los beneficios del deporte para nuestra salud.

Show me:
All

Hidratos de carbono: ¿cuáles escoger?

Hidratos de carbono y diabetes

Hidratos de carbono: ¿cuáles escoger?

Hoy Noelia Herrero (Dulces Diabéticos) nos habla de la importancia de los hidratos, y de cómo valorar cuáles deben incluirse en nuestra dieta.

Cuando tenemos diabetes, sabemos que debemos restringir el consumo de azúcares, y por tanto también de hidratos de carbono. Pero, ¿en qué medida debemos restringirlos? ¿Hay que eliminarlos?

Funciones de los hidratos de carbono

Estamos habituados a leer información sobre estas restricciones, pero la realidad es que los hidratos de carbono son un macronutriente (como las proteínas y las grasas), y los necesitamos en una cantidad importante. Esto se debe a que la principal función de los carbohidratos es la de proporcionar energía: son nuestro combustible. Si no tenemos una cantidad suficiente de hidratos de carbono, no podemos proporcionar glucosa y energía a las células.

De manera más secundaria, los carbohidratos también tienen funciones estructurales (forman parte de algunas membranas celulares) y reguladoras (por ejemplo, como receptores para algunas hormonas).

Por todo esto, lo habitual es que los hidratos de carbono representan alrededor de un 55% del total de las calorías que ingerimos, aunque hoy en día existen dietas que los reducen a un 40% o incluso algo menos, como veremos más adelante.

Absorción rápida y absorción lenta

Aunque existen más maneras de clasificar los hidratos de carbono, por ejemplo según su estructura, una de las maneras más habituales de clasificarlos en nutrición es según su velocidad de absorción: carbohidratos complejos o lentos y carbohidratos simples o de absorción rápida.

  • Hidratos de carbono complejos o lentos. Son todos los que digerimos y absorbemos lentamente. Tienen un índice glucémico bajo, con lo que la glucosa que nos proporcionan se absorbe y propaga de manera gradual en la sangre, con lo que el “pico” de glucosa en sangre es menor. Son los polisacáridos y los hidratos de carbono ricos en fibra.
  • Hidratos de carbono simples o rápidos. Son los monosacáridos (glucosa, fructosa) y los disacáridos (sacarosa, maltosa, lactosa, etc). Los que contienen glucosa provocan picos de glucemia elevados y repentinos, con lo que también necesitamos secretar una mayor cantidad de insulina al ingerirlos. La fructosa y la maltosa no provocan estos picos porque su metabolismo es más lento.

Por poner un ejemplo clásico de alimento rico en carbohidratos, el pan, si pensamos en un pan blanco (hecho con harina de trigo refinada) estaríamos hablando de un alimento rico en hidratos simples, mientras que si hablamos de un pan 100% integral, de espelta o centeno, por ejemplo, será un pan con hidratos de carbono complejos y que por tanto afectará menos a nuestra glucemia. Es decir, que además de tener en cuenta la cantidad de hidratos que consumimos (con el conteo de raciones, por ejemplo), también es muy importante tener en cuenta el tipo de hidratos que estamos ingiriendo.

Por eso son tan relevantes ya las soluciones tecnológicas como los páncreas artificiales, en especial los sistemas de asa cerrada, porque son capaces de monitorear de manera continua los cambios que se producen en nuestro organismo a partir por ejemplo de los alimentos que ingerimos (no es lo mismo, como hemos visto, ingerir 20g de carbohidratos simples que complejos) e ir recalculando con estos datos la cantidad de insulina que hay que suministrar.

Dietas lowcarb y dietas keto

Sabiendo todo esto, cada vez están más de moda las dietas que restringen la cantidad de hidratos de carbono que ingerimos.

Las dietas lowcarb son dietas que reducen la cantidad de hidratos de carbono a un 30-40% del total de la energía consumida, y siempre con el objetivo de priorizar los carbohidratos de mayor calidad (los lentos, que comentábamos antes).

Las dietas keto, en cambio, se basan en la formación de cuerpos cetónicos (de ahí la palabra, keto, ceto) que se generan cuando a nuestro organismo le falta glucosa. Estos cuerpos cetónicos son lo que se usa entonces para generar energía.

Estas dietas, entonces, restringen al máximo la ingesta de cualquier tipo de hidrato de carbono, incluyendo frutas y verduras.

Por las restricciones que conllevan, ambos tipos de dieta (y en especial las dietas keto) son muy difíciles de mantener de manera prolongada en el tiempo. Es muy importante recordar que cualquier tipo de dieta debe incorporarse con la ayuda y supervisión de un especialista, jamás por nuestra propia cuenta.

Como conclusión y cierre de todo lo anteriormente comentado, me gustaría dejar claro que no hay que eliminar los hidratos de carbono de nuestra dieta, sino escoger mejor la procedencia y el tipo de carbohidratos que consumimos.

 

Show me:
All

La pluma de insulina: cómo usar la insulina para controlar la diabetes

 Pluma de insulina

La pluma de insulina: cómo usar la insulina para controlar la diabetes

Si te han diagnosticado diabetes recientemente, o cuidas a alguien que la tiene, puede que tengas algunas preguntas sobre cómo controlarla. Una de las más importantes podría ser cómo administrar la insulina que te han recetado para la diabetes. 

Todos los pacientes con diabetes de tipo 1 necesitan insulina [1]. Una forma tradicional de administrarla es a través de una aguja y una jeringa [1]. Las agujas y las jeringas pueden tener algunas limitaciones, como la imprecisión de las dosis administradas, el tiempo y la práctica necesarios, y los efectos psicológicos derivados de su uso, así como dificultades para transportar el equipo necesario [1, 2].

En este artículo, analizaremos otro método de autoadministración de la insulina, la pluma de insulina.

¿Qué es una pluma de insulina?

Una pluma de insulina es una alternativa a las jeringas y las agujas para la autoadministración de insulina [1, 2]. La primera pluma de insulina se comercializó en 1985 [1]. 

En comparación con las agujas y las jeringas, las plumas de insulina son más flexibles [1, 2, 3], permiten administrar dosis más precisas de insulina [1, 2, 3] y son más discretas [1]. Las plumas de insulina suelen ser mucho más fáciles de usar que una aguja y una jeringa [4], por lo que son ideales para las personas con una destreza limitada [3], niños [2] y personas mayores [2].

Algunas plumas de insulina nuevas te permiten guardar un registro de las dosis de insulina y las horas para ayudarte a entender cómo estás controlando la diabetes [1, 5].

Existen pruebas de que el uso de una pluma de insulina puede mejorar el control de la glucosa en sangre [1, 4].

¿Cómo funciona una pluma de insulina?

Una pluma de insulina es un producto farmacéutico que consta de tres componentes: una aguja corta desechable, un cartucho de insulina y un ajustador de dosis de «un clic por unidad» [1]. 

La pluma de insulina te permite autoinyectarte una cantidad calculada de insulina, utilizando el selector situado en un extremo [6]. La insulina se administra en el tejido subcutáneo [7], donde actúa para reducir los niveles de glucosa en sangre [1].

Las plumas inteligentes modernas pueden registrar la hora y la cantidad de cada dosis de insulina, muestran la última dosis administrada, y transmiten la información a una aplicación móvil especial (que puedes tener en tu móvil) a través de Bluetooth [7]. Este uso puede proporcionar un control eficiente y una buena gestión de los datos [1], además de permitir a los usuarios compartir datos con profesionales sanitarios [7].

¿Qué pasos hay que seguir para usar una pluma de insulina?

Cuando empieces a usar una pluma de insulina, te indicarán cómo hacerlo correctamente. 

Hay que seguir varios pasos para aplicar la inyección [6]:

  1. Acopla una aguja nueva a la pluma

  2. Purga la pluma para garantizar una inyección precisa y eliminar el aire (lo que se denomina una «prueba de seguridad»), seleccionando dos unidades y liberándolas al aire.

  3. Selecciona la dosis de insulina necesaria con el selector

  4. Presiona el botón de la pluma para inyectar la dosis, manteniendo la aguja en la piel durante 5-10 segundos (el tiempo puede variar en función de las plumas)

  5. Retira la aguja inmediatamente después de administrar la dosis y deséchala de forma segura

Si cambias de una pluma de insulina a otra, es importante comprobar si el procedimiento es el mismo para las dos [6].

¿Qué tipos de pluma de insulina existen?

Aunque las plumas de insulina se presentan en muchas formas y tamaños distintos, existen dos opciones principales: plumas prerrellenadas desechables y plumas rellenables reutilizables [6].

Una pluma de insulina desechable es un dispositivo que contiene un cartucho de insulina prerrellenado [1]. Una vez agotadas todas los dosis de la pluma desechable, esta se tira [1].

Por el contrario, las plumas de insulina reutilizables no incorporan un cartucho de insulina fijo [1]. Una vez agotado el cartucho de insulina, este se sustituye por otro [1]. Los cartuchos de insulina son específicos del tipo de pluma y no se pueden usar en distintos modelos [3].

El uso de cada tipo de pluma de insulina comporta sus beneficios. Las plumas prerrellenadas desechables suelen ser más ligeras, pequeñas y fáciles de usar, ya que no es necesario cargar cartuchos de insulina nuevos [6]. Sin embargo, algunos tipos de plumas rellenables tienen determinadas características, como una función de memoria, de las que no disponen las plumas prerrellenadas [6].

Si estás pensando en usar una pluma de insulina para controlar la diabetes, pregunta a tu equipo médico sobre la más idónea para ti, ellos te orientarán. 

¿En qué se diferencian las plumas de insulina y las bombas de insulina?

Una bomba de insulina emplea un método distinto para administrar la insulina y controlar la diabetes [7, 8].

La pluma de insulina se utiliza para administrar dosis de insulina intermitentes [7]. Una bomba de insulina proporciona una infusión continua de insulina (la tasa basal), que puede complementarse con una dosis extra de insulina a las horas de las comidas o para controlar un nivel elevado de glucosa (una dosis en bolo) [7, 8].

Componentes de una bomba de insulina

Aunque la apariencia y el tamaño de cada modelo de bomba son diferentes, los componentes básicos son los mismos [8]. 

La bomba alberga una reserva de insulina llamada depósito [8]. Desde este depósito se administra la infusión de insulina. El depósito está acoplado a una línea de suministro que se conecta a una pequeña aguja en la piel, llamada cánula [8]. 

El depósito, la línea y la cánula son desechables y deben cambiarse cada tres días [8].

La bomba puede incorporar múltiples funciones que ayudan al usuario a controlar la diabetes, como varios ajustes de la tasa de insulina y diferentes perfiles para circunstancias distintas (p. ej., ejercicio o enfermedad) [7]. Los estudios revelan que las personas que utilizan una bomba de insulina controlan mejor la glucosa en sangre que los que se aplican múltiples inyecciones diarias [8]. 

Pros y contras de las bombas de insulina frente a las plumas de insulina

Si te acaban de diagnosticar diabetes, puede que no sepas qué tratamiento con insulina es mejor para responder a tus necesidades. Algunos de los siguientes puntos pueden ayudarte a elegir entre una bomba o una pluma de insulina.

He aquí algunas de las ventajas y los inconvenientes de las plumas y de las bombas de insulina [1, 8].

Pluma de insulina: ventajas

  • Discreta y fácil de llevar

  • Administración de insulina eficiente, precisa y cómoda 

  • Fácil de inyectar

  • Flexible, gracias a las opciones desechables y reutilizables

  • Rentabilidad a largo plazo

Pluma de insulina: inconvenientes

  • Más caras que las jeringas en algunos países (con ingresos bajos)

  • Más caras que las jeringas la primera vez

  • No permiten mezclar distintos tipos de insulina

  • Dosis bajas

  • Un error del usuario puede afectar negativamente al funcionamiento de la pluma y la administración de la dosis

Bomba de insulina: ventajas

  • Imita mejor la forma en que el páncreas libera la insulina

  • Garantiza la administración continua de la insulina

  • Flexibilidad en el estilo de vida

  • Se puede integrar en un sistema de monitorización continua de glucosa (MCG)

  • Puede tener funciones que ayudan a prevenir la hipoglucemia

Bomba de insulina: inconvenientes

  • Dispositivo acoplado siempre al cuerpo

  • Los problemas técnicos y de seguridad, como una avería del dispositivo, pueden ocasionar complicaciones

  • Puede causar infección o irritación en el lugar de colocación de la cánula

  • Requiere más formación para usar el dispositivo

  • Es más costosa

A la hora de elegir un dispositivo de administración de insulina, se tendrán en cuenta tus necesidades individuales específicas [2]. Tu equipo médico hablará de ello contigo.

Uso de una pluma de insulina para controlar la diabetes

Las plumas de insulina son dispositivos que ayudan a controlar la diabetes por medio de la administración de inyecciones de insulina [1]. Permiten administrar la insulina de una forma sencilla y precisa para controlar la diabetes [1]. Algunos estudios demuestran que las plumas de insulina pueden mejorar el control de la glucosa en sangre en comparación con el uso de una aguja y una jeringa [4].

Las plumas de insulina no son el único método de administración de tu medicación. También se utilizan bombas de insulina para controlar la diabetes [7, 8]. Aunque no existen pruebas de que una bomba de insulina controle mejor la diabetes que múltiples inyecciones diarias [8], si cuenta con una serie de ventajas [8]. 

Solo tú, en consulta con tu equipo médico, puede decidir la mejor opción para controlar tu diabetes.

Fuentes:

  1. Kesavadev, J., Saboo, B., Krishna, M.B. et al. “Evolution of Insulin Delivery Devices: From Syringes, Pens, and Pumps to DIY Artificial Pancreas.” Diabetes Ther 2020; 11: 1251–1269. https://doi.org/10.1007/s13300-020-00831-z
  2. Spollett, G.R. “Improved Disposable Insulin Pen Devices Provide an Alternative to Vials and Syringes for Insulin Administration.” Diabetes Spectr 2012; 25 (2): 117–122. https://doi.org/10.2337/diaspect.25.2.117
  3. Thurman JE. “Analysis of insulin pen devices for the treatment of diabetes mellitus.” J Diabetes Sci Technol. 2008; 2(3): 482-483. doi:10.1177/193229680800200319
  4. Singh, R., Samuel, C. & Jacob, J. “A Comparison of Insulin Pen Devices and Disposable Plastic Syringes – Simplicity, Safety, Convenience and Cost Differences.” European Endocrinology. 2018; 14(1): 47–51 DOI: https://doi.org/10.17925/EE.2018.14.1.47
  5. Pearson, T. “A Practical Review Of Insulin Pen Devices”. EMJ Diabet. 2014 [2]: 58-64.
  6. Pearson T. “Practical Aspects of Insulin Pen Devices.” Journal of Diabetes Science and Technology. 2010; 4(3): 522-531. doi:10.1177/193229681000400304
  7. Dovc, K. & Battelino, T. “Evolution of Diabetes Technology.” Endocrinology and Metabolism Clinics of North America, 2020; 49(1), 1-18. https://doi.org/10.1016/j.ecl.2019.10.009.
  8. Paldus B, Lee MH, O'Neal DN. “Insulin pumps in general practice.” Aust Prescr. 2018;41(6):186-190. doi:10.18773/austprescr.2018.056
Show me:
All

Glucómetro frente a sistema de MCG: ¿en qué se diferencian?

glucómetro

Glucómetro frente a sistema de MCG: ¿en qué se diferencian?

Si te han diagnosticado diabetes, puede que necesites controlar tus niveles de glucosa en sangre varias veces al día para reducir las probabilidades de sufrir complicaciones [1]. Puedes hacerlo de dos formas: con un glucómetro o con un sistema de monitorización continua de glucosa (MCG).

¿Cómo funcionan estos instrumentos terapéuticos y cuál debes elegir? En este artículo comparamos el glucómetro con el sistema de MCG para que puedas elegir el que mejor se adapte a ti.

¿Qué es un glucómetro?

Un glucómetro es un dispositivo que te ayuda a medir los niveles de glucosa en sangre [2, 3], que cambian en función de factores como el ejercicio, la dieta y los medicamentos [2]. 

Si tienes diabetes, el hecho de saber cómo fluctúan tus niveles de glucosa en sangre y qué actividades o alimentos los afectan puede ayudaros a ti y a tu médico a diseñar el plan de tratamiento más adecuado. 

Un glucómetro te indicará si tus niveles de glucosa en sangre son demasiado elevados, demasiado bajos o están dentro del rango. Así podrás evitar episodios de hiperglucemia o hipoglucemia y prevenir complicaciones graves debido a la diabetes [4]. 

Los glucómetros necesitan una pequeña muestra de sangre para detectar la glucosa; normalmente basta con una gota de sangre extraída de un dedo [3, 4].

¿Cómo funciona un glucómetro?

Un glucómetro funciona analizando una gotita de sangre de una tira reactiva. La tira reactiva contiene una sustancia llamada glucosa oxidasa, que es una enzima que reacciona a la glucosa en sangre [5].

Para pinchar el dedo y recoger la gotita de sangre se usa una pequeña aguja, llamada lanceta [2]. A continuación, la gota se deposita en la tira reactiva, que se inserta en el glucómetro, En cuyo interior hay una interfaz con un electrodo, que se usa para obtener la lectura de los niveles de glucosa en sangre [5]. Esta lectura se muestra en una pantalla, en unidades de mg/dl o mmol/l [4].

Cuando la tira se introduce en el glucómetro, la reacción de la glucosa con la enzima genera una señal eléctrica. Cuanto mayor sea la corriente eléctrica, mayor es el nivel de glucosa detectado y el número que aparece en la pantalla del glucómetro [5].

Cómo usar un glucómetro

Todos los glucómetros son ligeramente distintos, por lo que es importante que leas el manual de instrucciones. 

En líneas generales, para usar un glucómetro necesitarás [1, 4]:

  • Un glucómetro

  • Tiras reactivas

  • Una lanceta desechable

  • Agua y jabón o una toallita/trozo de algodón impregnado en alcohol

Debes consultar a tu médico sobre la mejor hora del día para hacer la prueba, así como sobre la frecuencia de las pruebas [1]. Además, aunque la mayoría de los glucómetros funcionan con un pinchazo en el dedo, algunos permiten extraer la muestra de sangre del antebrazo o el muslo. Consulta el manual de instrucciones de tu glucómetro para ver el lugar más idóneo [1, 4].

Uso paso a paso de un glucómetro 

Para realizar la prueba, sigue estos pasos [1, 2, 4]: 

  1. Lávate bien las manos con agua y jabón para prevenir infecciones. También puedes utilizar un trozo de algodón o una toallita impregnada en alcohol limpiar la zona de prueba. Sécate bien las manos antes de realizar la prueba [1, 4].

  2. Comprueba que la tira reactiva no haya caducado [1]. Inserta la tira en el glucómetro. Por lo general, esta acción activa el glucómetro [2]. 

  3. Utiliza la lanceta desechable para extraer sangre del lateral del dedo. Para que la sangre fluya, calienta primero las manos frotándolas entre sí o mojándolas con agua caliente [4]. Para obtener la gota de sangre, inserta firmemente la lanceta en el lateral del dedo, pero sin aplicar fuerza [1]. Aplica un suave movimiento «de ordeño» desde la base del dedo hasta la zona en la que has insertado la lanceta [1].

  4. Deposita la gota de sangre en la tira reactiva siguiendo las instrucciones. Algunas tiras absorben directamente la gota del lugar de la prueba, mientras que otras requieren que la gota se reparta por toda la tira [4].

  5. El pinchazo en el dedo rara vez provoca más de un par de gotas de sangre, pero si el sangrado perdura, utiliza una toallita impregnada en alcohol para limpiarlo. Puede que tengas que aplicar presión en el lugar de la prueba para que deje de sangrar [2].

  6. Anota la lectura del nivel de glucosa en sangre que aparece en la pantalla del glucómetro. Los glucómetros «inteligentes» modernos sincronizan sus lecturas con aplicaciones móviles o de escritorio a través de Bluetooth [2], mientras que en otros casos es necesario que anotes manualmente las lecturas en un cuaderno o archivo.

  7. Una vez finalizada la prueba, elimina la lanceta desechable de forma segura.

Tu equipo médico también podrá enseñarte a usar un glucómetro.

¿En qué se diferencia un sistema MCG de un glucómetro?

Los sistemas de monitorización continua de glucosa (MCG) se empezaron a comercializar en el año 2000 como alternativa a la prueba de punción digital [6]. A diferencia de un glucómetro, un sistema de MCG no requiere una muestra de sangre y es muy poco intrusivo [6].

¿Qué es un sistema de MCG y en qué consiste?

Existen varios modelos de sistemas de MCG. 

En líneas generales, un sistema de MCG consta de un monitor que se lleva en el cuerpo con un sensor similar a una fina aguja que se inserta bajo la piel [7, 8, 9]. Este sensor obtiene las lecturas de la glucosa del líquido intersticial del usuario [7, 9], que es el líquido que llena el espacio existente entre las células y proporciona nutrientes al organismo.

Las lecturas se escanean manualmente o se transmiten a través de Bluetooth a un receptor que muestra y registra las lecturas [9].

Sistema de monitorización continua de glucosa frente a glucómetro 

Si no sabes qué es más adecuado para ti, si un glucómetro o un sistema de MCG, te recomendamos que eches un vistazo a las ventajas y los inconvenientes de ambos. 

Sistemas de monitorización continua de glucosa

El uso de un sistema de MCG comporta una serie de ventajas. En primer lugar, un sistema de MCG puede registrar mediciones cada cinco minutos [2], o 288 lecturas por día [9]. Con un sistema de MCG, puedes observar los cambios en los niveles de glucosa en sangre casi en tiempo real y recibir alertas, que te ayudarán a tomar medidas inmediatas para prevenir un episodio de hiperglucemia o de hipoglucemia [9]. Ofrece una cobertura total de los patrones de glucosa en sangre de un usuario y la ventaja de predecir y prevenir episodios [6]. 

Un sistema de MCG te ayuda a saber lo que ocurre cuando estás durmiendo, cuando estás estresado o estás realizando otras actividades de la vida diaria [9]. Es particularmente útil para las personas que pueden tener bajos niveles de glucosa en sangre durante la noche sin saberlo [2, 6]. 

Los estudios han asociado el uso de sistemas de MCG con un incremento del control metabólico, un aumento del tiempo en el rango de glucosa en sangre recomendado, una reducción de la ansiedad y una mejora de la calidad de vida [10].

Por otro lado, un sistema de MCG es más caro que un glucómetro [11]. También es algo más difícil de entender y se requiere formación y tiempo para familiarizarse con la herramienta [11]. Los sistemas de MCG requieren un elevado grado de cumplimiento e interacción para controlar los niveles de glucosa en sangre [11].

Y, lo más importante, aunque usar un sistema de MCG menos invasivo con un sensor insertado bajo la piel sigue siendo menos doloroso que pincharse en el dedo cada día [9], muchos modelos requieren varios pinchazos al día

para realizar la calibración necesaria para el autocontrol de la glucemia [11]. El sensor siempre está en el cuerpo y requiere sustitución regular cada 3-14 días, dependiendo del modelo [11].

Glucómetros

Del mismo modo, el uso de un glucómetro tiene sus ventajas. Los glucómetros toman mediciones precisas de las concentraciones de glucosa capilar [11], proporcionando resultados en un plazo breve [2] con una pequeña muestra de sangre [2]. Se pueden utilizar diversos lugares [2] para hacer la prueba, lo que favorece la flexibilidad y la variación. 

Los glucómetros también son relativamente baratos [11] en comparación con un sistema de MCG [2]. Y, lo más importante, son ampliamente utilizados y conocidos [11] y es fácil aprender a usarlos [11]. Los glucómetros tienen diversas funciones; los modelos inteligentes modernos tienen capacidades de Bluetooth para sincronizar los datos con aplicaciones móviles [2].

El autocontrol frecuente de la glucosa en sangre con un glucómetro se considera una parte fundamental de un tratamiento y un control diario eficaces de la diabetes [10]. El autocontrol de la glucemia más frecuente se ha asociado a concentraciones de HbA1c más bajas en pacientes con diabetes de tipo 1 y en pacientes con diabetes de tipo 2 tratados con insulina [11].

En cuanto a las desventajas, un glucómetro proporciona aproximadamente 4–7 mediciones al día [9]. Esto significa que ofrece datos más limitados que un sistema de MCG y, por tanto, su eficacia clínica también es más limitada [11]. Como solo proporcionan la información de un momento concreto, es difícil discernir tendencias en los niveles de glucosa en sangre [8, 10].

Los glucómetros suelen considerarse incómodos [8], engorrosos [8], molestos [11] y dolorosos [11].  Además, la calidad de las tiras reactivas puede variar debido a su corta fecha de caducidad [2, 11].

Fuentes

  1. Kirk, Julienne K., and Jane Stegner. "Self-monitoring of blood glucose: practical aspects." Journal of diabetes science and technology 4.2 (2010): 435-439. https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/193229681000400225
  2. Mathew, Thomas K., and Prasanna Tadi. "Blood glucose monitoring." StatPearls [Internet] (2020). https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK555976/
  3. “Blood glucose meters,” JDRF. Accessed February 8, 2022.
    https://jdrf.org.uk/information-support/treatments-technologies/blood-glucose-meters/
  4. Pickering, Dianne, and Janet Marsden. "How to measure blood glucose." Community eye health 27.87 (2014): 56. https://pdfs.semanticscholar.org/e244/68171435fd9d3e29ade58baf1f1da89fecc5.pdf
  5. “How do blood glucose meters work? Ask an engineer.” MIT School of engineering. Accessed February 8, 2022. https://engineering.mit.edu/engage/ask-an-engineer/how-do-blood glucose meters-work/
  6. Rodbard, David. "Continuous glucose monitoring: a review of successes, challenges, and opportunities." Diabetes technology & therapeutics 18.S2 (2016): S2-3. https://www.liebertpub.com/doi/full/10.1089/dia.2015.0417
  7. Baghelani, Masoud, et al. "Non-invasive continuous-time glucose monitoring system using a chipless printable sensor based on split ring microwave resonators." Scientific Reports 10.1 (2020): 1-15. https://www.nature.com/articles/s41598-020-69547-1
  8. Langendam, Miranda, et al. "Continuous glucose monitoring systems for type 1 diabetes mellitus." Cochrane Database of Systematic Reviews 1 (2012). https://www.cochranelibrary.com/cdsr/doi/10.1002/14651858.CD008101.pub2/full
  9. Funtanilla, Vienica D., Tina Caliendo, and Olga Hilas. "Continuous glucose monitoring: a review of available systems." Pharmacy and Therapeutics 44.9 (2019): 550. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6705487/
  10. Dovc, Klemen, and Tadej Battelino. "Evolution of diabetes technology." Endocrinology and Metabolism Clinics 49.1 (2020): 1-18.
    https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S088985291930091X
  11. Ajjan, Ramzi, David Slattery, and Eugene Wright. "Continuous glucose monitoring: a brief review for primary care practitioners." Advances in therapy 36.3 (2019): 579-596. https://link.springer.com/article/10.1007/s12325-019-0870-x
Show me:
All

Grasas, proteínas, y su relación con los sistemas de asa cerrada

Grasas, proteínas, y su relación con los sistemas de asa cerrada

Grasas, proteínas, y su relación con los sistemas de asa cerrada

Hablamos mucho sobre cómo afectan los hidratos de carbono a nuestras mediciones y niveles de glucosa, pero ¿cómo afectan las grasas y las proteínas a la glucemia? Hoy tenemos a Rocío Maraver (La Mesa Azul) en nuestra web para que nos hable de ello.

Sabemos que uno de los factores más importantes a tener en cuenta para alcanzar un buen control glucémico después de las comidas es gestionar adecuadamente los alimentos que haya en nuestro plato, es decir la calidad y la cantidad de los diferentes grupos de alimentos será determinante para tener unos adecuados valores glucémicos después de comer. 

Cuando hablamos de grupos de alimentos, hablamos de verduras, frutas, pescados, carnes, legumbres, cereales, tubérculos, etc. Todos estos grupos de alimentos están formados por nutrientes (hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y fibra).

De todos estos nutrientes, sabemos que los hidratos de carbono son los que tienen un impacto más inmediato en la glucemia, por ello se requiere de herramientas como el contaje de hidratos de carbono o el plato saludable para aprender a escoger porciones adecuadas de estos alimentos y así ajustar el tratamiento de insulina, en las personas insulinodependientes. 

Sin embargo, no son sólo los hidratos de carbono los nutrientes que van a tener un efecto sobre la glucemia. Las grasas y las proteínas también tienen un impacto significativo en la glucemia unas horas después de haberlas ingerido. Es decir, su impacto en la glucemia no es tan rápido como el de los hidratos de carbono pero también van a incidir. 

Las grasas provocan que el vaciado gástrico (el paso de la comida del estómago al intestino) sea más lento y son causantes de una resistencia posterior a la acción de la insulina. Esto significa que las comidas con grasa elevan los niveles de glucosa más lentamente y los mantienen elevados durante más tiempo. Cuando las grasas y las proteínas se ingieren juntas suman su efecto elevando los niveles de glucosa tardíamente. En ocasiones, se produce hipoglucemia inicialmente y después hiperglucemia más allá de la tercera hora con una duración proporcional a la cantidad de grasas ingeridas. Muchas veces se necesita menos insulina justo después de comer y un poco más entre 3 y 8 horas después de la ingesta.

Pero, ¿cómo podemos contar la cantidad de grasa y proteína de los alimentos?

Así como utilizamos los gramos o las raciones para medir los hidratos de carbono de un alimento, para calcular las grasas y proteínas nuestra herramienta es la UGP (unidad grasa - proteína), que no es más que nuestra "moneda" para saber si un alimento tiene una cantidad de grasas y/o proteína lo suficientemente significativa para que impacte a nuestra glucemia después de tres horas de la ingesta.

Las UGP se miden en calorías (Kcal). La Sociedad Española de Diabetes (SED) estableció que: 150 kcal correspondían a una Unidad Grasa Proteína (UGP). 

Para calcular las Unidades de Grasa-Proteína (UGP), tenemos que saber que un gramo de grasa nos aporta 9 Kcal y un gramo de proteína 4 Kcal. Para ello nos será de gran ayuda contar con un material que nos proporcione estos datos como las tablas de grasas y proteínas que recientemente hemos publicado en La mesa azul.

Como ves, para poder alcanzar un adecuado control glucémico después de comidas altas en grasas y proteínas, es algo más complejo que si sólo tenemos en cuenta los hidratos de carbono. 

Es por ello, que cada vez cobran más importancia los sistemas de asa cerrada (sistema que integra una bomba de insulina, un monitor continuo de glucosa en tiempo real y un algoritmo de control) para poder llegar a un mayor tiempo en rango y así poder manejar mejor las comidas, sea cual sea su composición. 

Por ejemplo, en algunos de estos sistemas existe la opción “ingesta con alto contenido en grasa”, acción que le dice a la bomba de insulina que el bolo administrado debe ser distinto. El algoritmo que llevan estos sistemas puede administrar todo el bolo de una sola vez o hacerlo en dos partes. Si se selecciona una comida con alto contenido en grasa, la segunda parte del bolo de insulina calculado se administrará a los 60 minutos.

Esperamos que te haya gustado este artículo y te haya servido de ayuda para poner en práctica el contaje de UGP para alcanzar mejores controles glucémicos con este tipo de comidas.

Show me:
All

Inyecciones de insulina: Dónde y cómo inyectar la insulina

Inyecciones de insulina

Inyecciones de insulina: Dónde y cómo inyectar la insulina

Si te acaban de diagnosticar diabetes, o conoces a alguien que la tenga, es probable que te surjan muchas preguntas. Tu equipo médico responderá a muchas de ellas.

Algunas de estas preguntas pueden girar en torno a un nuevo medicamento que te habrán prescrito: la insulina. La insulina es un medicamento utilizado por las personas con diabetes para controlar mejor su enfermedad [1].

En este artículo te explicaremos qué es la insulina, por qué la necesitas y cómo administrártela por medio de inyecciones.

¿Qué es la insulina?

La insulina es una hormona producida por células especializadas en un órgano llamado páncreas [1, 2]. La insulina regula los niveles de glucosa en sangre; se libera al torrente sanguíneo y actúa sobre las células de todo el organismo, haciendo que absorban la glucosa de la sangre [1, 2]. La insulina también regula el uso de los carbohidratos, las grasas y las proteínas [2].

La insulina fue aislada y purificada por primera vez en 1921 [2]. Los experimentos que demostraron que esta nueva sustancia química podía reducir los niveles de glucosa en sangre hicieron merecedores del Premio Nobel de Medicina en 1923 a los científicos que los realizaron [2]. Puedes obtener más información sobre el descubrimiento de la insulina en nuestra breve historia de la insulina.

La insulina es un fármaco muy utilizado en todo el mundo, se ha estimado que lo usan entre 150 y 200 millones de pacientes [3].

¿Qué son las inyecciones de insulina?

Millones de personas se autoinyectan insulina cada día [4]. A diferencia de algunos medicamentos que deben tomarse en forma de comprimido o de líquido, la insulina debe administrarse por vía subcutánea, intravenosa o intramuscular [1].

Las personas con diabetes suelen administrarse la insulina por vía subcutánea, utilizando una aguja acoplada a una jeringa o una pluma de insulina para inyectar la hormona bajo la piel, o utilizando una bomba de insulina [1].

¿Qué tipo de diabetes requiere inyecciones de insulina?

Existen varios tipos de diabetes. Algunos tipos requieren obligatoriamente tratamiento con insulina, mientras otros pueden o no tratarse con este fármaco. Esto depende de factores cómo la forma en que la enfermedad haya respondido a otros tratamientos o medidas preventivas [1, 4].

Diabetes de tipo 1

En la diabetes de tipo 1, las células productoras de insulina del páncreas son destruidas por el sistema inmunitario del organismo, un traumatismo o una lesión en el páncreas [1]. Esto provoca una carencia de insulina que solo puede resolverse reponiendo la hormona reguladora de la glucosa en sangre con un tratamiento con insulina. 

La insulina siempre es necesaria en la diabetes de tipo 1 [1, 3]. Para las personas con diabetes de tipo 1, el tratamiento con insulina es vital [1].

Diabetes de tipo 2

En la diabetes de tipo 2, las células del organismo se vuelven resistentes a la insulina [1]. Se desconoce la causa exacta de la diabetes de tipo 2, pero está influida por factores como la genética y la obesidad. El páncreas trata de contrarrestar esta resistencia produciendo más y más insulina, sin embargo, esto termina dando lugar al agotamiento de las células productoras de insulina en fases más tardías de la enfermedad [1]. 

La insulina a veces es necesaria en la diabetes de tipo 2. Es uno de los muchos tratamientos disponibles para las personas con este tipo de diabetes. [1, 3].

Diabetes gestational

La diabetes gestational se desarrolla durante el embarazo. Se puede tratar con modificaciones de la dieta y ejercicio, pero puede requerirse insulina si los niveles de glucosa en sangre no pueden controlarse con dieta y ejercicio [1].

Diabetes hereditaria juvenil de tipo 2

La diabetes hereditaria juvenil de tipo 2 es una enfermedad hereditaria en la que una mutación genética hace que las células pancreáticas dejen de segregar insulina de forma adecuada. Se puede tratar con fármacos denominados sulfonilureas, pero puede requerirse insulina [1].

¿Qué tipos de insulina existen?

Las insulinas pueden clasificarse de distintas formas. Una de ellas es por la rapidez con la que actúa una vez inyectada:

  • Insulina de acción rápida: acción máxima en 30 minutos, dura entre 3 y 5 horas. Las insulinas de acción rápida suelen utilizarse antes de las comidas y siempre junto a insulinas de acción corta o acción larga durante el día para controlar los niveles de glucosa en sangre.
  • Insulina de acción corta: acción máxima en 90-120 minutos, dura entre 6 y 8 horas. Estas insulinas se inyectan antes de las comidas. Hay que tomar alimentos en un plazo de 30 minutos después de su administración para evitar la hipoglucemia.
  • Insulina de acción intermedia: acción máxima en 4-8 horas. Ayudan a controlar los niveles de glucosa en sangre a lo largo del día y suelen administrarse dos veces al día. 
  • Insulina de acción prolongada: actúa a lo largo de 12–24 horas. La duración prolongada de la acción de estos tipos de insulina ayuda a lograr un efecto estable y reducir la frecuencia de administración a lo largo del día. Suele administrarse de noche, después de la cena.  

La insulina también está disponible como combinación de insulina de acción rápida o corta e insulina de acción intermedia o prolongada [5]. Esto se llama insulina premezclada [5].

¿Dónde puedo inyectar la insulina?

 

Dónde inyectar la insulina

¿Dónde puedo inyectar la insulina?

La insulina suele inyectarse en la grasa subcutánea, justo debajo de la piel, en lo que se denomina una inyección subcutánea [1, 4]. La inyección debajo de la piel se considera más sencilla y cómoda que otros métodos de inyección, como intravenosa (en una vena) o intramuscular (en un músculo) [1].

Los lugares recomendados para inyectarse la insulina son el abdomen, los muslos, las nalgas y los brazos [4, 6].

No todos los lugares son adecuados para todas las personas. Por ejemplo, las inyecciones abdominales no son adecuadas para quienes apenas tienen grasa en el abdomen, los niños o las personas muy musculadas [4].

También se recomienda «rotar» los lugares de inyección, es decir, no inyectarse repetidamente en el mismo lugar, para reducir las complicaciones que pueden derivarse de las inyecciones, como la formación de cicatrices o depósitos grasos [4, 6]. Además, cabe señalar que la insulina se absorbe de forma distinta en los distintos lugares [4], por lo que se recomienda la rotación dentro de una zona determinada [4].

Cómo administrar inyecciones de insulina

Las inyecciones de insulina se pueden administrar con una aguja y una jeringa [4, 6]. También se pueden administrar con un dispositivo llamado pluma de insulina, que funciona como una jeringa, pero que contiene la insulina en un cartucho prerrellenado [3]. 

Antes de abrir, los viales y las plumas deben mantenerse refrigerados [4]. Después de abrir, las plumas deben conservarse a temperatura ambiente, mientras que los viales pueden conservarse dentro o fuera de la nevera.

Tu equipo médico te enseñará la técnica de inyección de la insulina. Esta, por lo general, consta de los siguientes pasos [4]:

  • Purga la jeringa o la pluma con dos unidades de insulina
  • Sujetando la jeringa en sentido vertical con la aguja hacia arriba, golpea el cuerpo de la jeringa con el dedo para expulsar las burbujas de aire y libera otras dos unidades extras de insulina al aire
  • Selecciona la dosis necesaria
  • Elige el lugar de la inyección (como el brazo, el abdomen, el muslo o la nalga)
  • Limpia la piel en el lugar de la inyección con una toallita impregnada en alcohol
  • Pellizca la piel entre el pulgar y el índice, gira ligeramente para asegurarte de no haber cogido músculo.
  • Inserta la aguja a 45 grados (esto es adecuado pra zonas con menos grasa, para evitar la inyección intramuscular de insulina). El ángulo de inyección puede variar en función de la zona en la que se aplique la inyección; un ángulo de 90 grados es adecuado para zonas con más grasa
  • Inyecta la insulina y suelta la piel antes de retirar la aguja
  • Después de la inyección, aplica una ligera presión para minimizar los moretones

Tu equipo médico te enseñará a aplicar correctamente las inyecciones de insulina. 

Para administrar la insulina se pueden usar otros dispositivos, como las plumas de insulina [3].

Efectos secundarios de las inyecciones de insulina

Todos los medicamentos tienen efectos secundarios, y la insulina no es una excepción.

Los efectos secundarios de las inyecciones de insulina pueden dividirse en los efectos de la insulina sobre el organismo y los efectos de la inyección [1].

Los efectos de la insulina sobre el organismo incluyen hipoglucemia y aumento de peso [1]. En raras ocasiones, pueden producirse desequilibrios hidroelectrolíticos, como hipopotasiemia [1].

Los efectos secundarios de las inyecciones pueden incluir dolor en el lugar de la inyección y una afección denominada lipodistrofia, que ocasiona alteraciones en la distribución de la grasa corporal e inflamación de la piel [1, 4, 6]

Inyecciones de insulina: resumen

Las inyecciones de insulina son un tratamiento importante para las personas con diabetes [1]. Tu equipo médico te enseñará a controlar la diabetes con insulina, y a inyectarla de forma correcta y eficaz.

Si quieres más información sobre la insulina, las inyecciones o el control eficaz de la diabetes, tu equipo médico te orientará.

Fuentes

  1. Thota S, Akbar A. “Insulin.” [Updated 2021 Jul 16]. In: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2022 Jan-.
  2. Wilcox G. “Insulin and insulin resistance.” Clin Biochem Rev. 2005; 26(2):19-39.
  3. Buse JB, Davies MJ, Frier BM, et al. “100 years on: the impact of the discovery of insulin on clinical outcomes.” BMJ Open Diabetes Research and Care 2021; 9:e002373.
    DOI: 10.1136/bmjdrc-2021-002373
  4. Dolinar, Richard. “The Importance of Good Insulin Injection Practices in Diabetes Management.” US Endocrinology, 2009; 5(1):49-52
    DOI: 10.17925/USE.2009.05.1.49
  5. Kalra S, Czupryniak L, Kilov G, et al. “Expert Opinion: Patient Selection for Premixed Insulin Formulations in Diabetes Care.” Diabetes Ther. 2018; 9(6): 2185-2199. DOI:10.1007/s13300-018-0521-2
  6. Anders H. Frid, MD; Gillian Kreugel, DSN; Giorgio Grassi, MD; Serge Halimi, MD; Debbie Hicks, DSN; Laurence J. Hirsch, MD; Mike J. Smith, DSN; Regine Wellhoener, MD; Bruce W. Bode, MD; Irl B. Hirsch, MD; Sanjay Kalra, MD; Linong Ji, MD; and Kenneth W. Strauss, MD. “New Insulin Delivery Recommendations.” Mayo Clin Proc. n September 2016; 91(9):1231-1255
Show me:
All
Suscribirse a

¿Qué es Making Diabetes Easier?

Making Diabetes Easier es la marca común de toda la actividad de Diabetes del grupo Air Liquide Healthcare en Europa. Novalab es la marca que engloba la actividad de diabetes en España con la que queremos ayudar haciendo la diabetes más fácil.

#Makingdiabeteseasier

Our mission?

#Makingdiabeteseasier

Icon
Icon
Icon
Icon