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Actividad física y diabetes tipo 2: moverse para vivir mejor

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Incorporar el ejercicio a la rutina diaria puede marcar una gran diferencia en la vida de una persona con diabetes tipo 2. Aunque el tratamiento suele centrarse en la alimentación y la medicación, la actividad física es un pilar esencial que a menudo se subestima. Hacer ejercicio regularmente no solo mejora la sensibilidad a la insulina y el control de la glucosa, sino que también contribuye al bienestar físico y emocional.
Existen diferentes tipos de ejercicio, y cada uno cumple una función distinta. Conocerlos y aprender a integrarlos de manera segura y equilibrada puede ayudar a mantener una vida activa, saludable y más libre de complicaciones.

1. Ejercicio aeróbico: activar el corazón y regular el azúcar

Caminar, nadar, bailar, andar en bicicleta o correr son actividades aeróbicas que ponen en movimiento el corazón y los pulmones. Este tipo de ejercicio mejora notablemente la capacidad del cuerpo para utilizar la insulina y reducir los niveles de glucosa en sangre¹.

Practicar ejercicio aeróbico con regularidad también ayuda a controlar el peso, reduce la presión arterial y fortalece el sistema cardiovascular, aspectos especialmente importantes en personas con diabetes tipo 2, que tienen mayor riesgo de enfermedades cardíacas².

La recomendación general es realizar al menos 150 minutos por semana de actividad aeróbica moderada —como caminar a paso ligero— o 75 minutos si la actividad es más intensa³. Lo ideal es repartir ese tiempo en varios días, evitando largos períodos sin moverse.

Antes de comenzar, es aconsejable medir la glucosa. Si está demasiado baja o alta, se debe ajustar la comida o posponer el ejercicio. La seguridad siempre va primero

2. Ejercicio de fuerza: construir músculo, ganar control

Levantar pesas, hacer sentadillas, usar bandas elásticas o trabajar con el propio peso corporal no es solo para atletas: estos ejercicios de fuerza también son clave en el manejo de la diabetes tipo 2.

El trabajo muscular favorece el almacenamiento de glucosa en los músculos, mejora la sensibilidad a la insulina y acelera el metabolismo, lo que ayuda a mantener niveles de glucosa más estables⁴. También previene la pérdida de masa muscular, frecuente con la edad o la inactividad, y fortalece huesos y articulaciones.

Se recomienda realizar ejercicios de fuerza al menos dos veces por semana, abarcando todos los grupos musculares principales (brazos, piernas, espalda, abdomen). No es necesario pasar horas en un gimnasio: con 30 o 40 minutos bien estructurados es suficiente para empezar.

Además del control glucémico, las personas que practican este tipo de actividad suelen necesitar menos medicamentos o insulina, lo cual representa una ventaja adicional.

3. Flexibilidad: estirar para prevenir lesiones

Aunque a menudo se pasa por alto, trabajar la flexibilidad es fundamental. Estiramientos, yoga o ejercicios suaves como Pilates ayudan a mantener la movilidad articular, reducir la rigidez muscular y evitar lesiones⁵.
La flexibilidad no actúa directamente sobre la glucosa, pero sí permite realizar otros tipos de ejercicio de forma más cómoda y segura. También puede aliviar molestias asociadas a complicaciones comunes en personas con diabetes, como la neuropatía periférica o dolores articulares.
Se sugiere incorporar sesiones breves de estiramientos varias veces a la semana, preferiblemente después de caminar o hacer ejercicio de fuerza. No se trata de forzar, sino de moverse con conciencia y suavidad.

4. Ejercicios de equilibrio: prevenir caídas, ganar confianza

Las personas con diabetes tipo 2, especialmente si son mayores o tienen neuropatía, pueden tener alteraciones en el equilibrio. Actividades como el taichi, caminar en línea recta o mantenerse en una pierna ayudan a mejorar la coordinación, fortalecer la postura y reducir el riesgo de caídas⁴.
Además de sus beneficios físicos, los ejercicios de equilibrio aumentan la seguridad y la autonomía en las actividades cotidianas. Subir escaleras, caminar en la calle o levantarse de una silla pueden ser tareas más simples con un buen equilibrio.
Al igual que los estiramientos, se pueden realizar en casa y requieren pocos minutos. Con practicar dos veces por semana es suficiente para comenzar a notar cambios.

Una combinación que funciona

La combinación de ejercicios aeróbicos, de fuerza, flexibilidad y de equilibrio ofrece beneficios integrales para las personas con diabetes tipo 2. No solo se trata de bajar la glucosa, sino de mejorar la calidad de vida, reducir complicaciones y fortalecer cuerpo y mente.

Un ejemplo de rutina semanal podría incluir:

  • Caminar 30 minutos al día, cinco veces a la semana.
  • Dos sesiones de ejercicios de fuerza.
  • Estiramientos suaves después de cada caminata.
  • Una clase de taichi o ejercicios de equilibrio dos veces por semana.

Cada persona es distinta. Por eso, es importante consultar con el equipo médico antes de iniciar cualquier rutina nueva, sobre todo si existen otras condiciones de salud. La clave está en empezar de a poco, con constancia y seguridad. Aunque la mayoría de los tipos de ejercicio ayudan a bajar la glucosa, las actividades de alta intensidad o anaeróbicas pueden elevarla temporalmente debido a respuestas hormonales. Esto es normal y debe tenerse en cuenta al interpretar las mediciones posteriores al ejercicio.

Escuchar tu cuerpo y actúa con prevención

Antes, durante y después del ejercicio, es fundamental prestar atención a los niveles de glucosa. Para ello, puedes utilizar dispositivos de monitorización continua o flash de glucosa, ya que pueden ayudarte a evitar hipoglucemias. Llevar un registro, tener a mano una fuente de carbohidratos de acción rápida (como un zumo o tabletas de glucosa)⁵.

El ejercicio bien planificado puede convertirse en un aliado poderoso. No solo ayuda a controlar la diabetes, sino que mejora el estado de ánimo, aumenta la energía y refuerza la autoestima. Moverse es una forma de cuidar el cuerpo, pero también de disfrutar la vida con más libertad y salud.

Fuentes

  1. World Health Organization (WHO). (2023). Diabetes. https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/diabetes
  2. Centers for Disease Control and Prevention (CDC). (2022). Type 2 diabetes. https://www.cdc.gov/diabetes/about/about-type-2-diabetes.html
  3. Pan American Health Organization (PAHO). (2022, November 11). The number of people with diabetes in the Americas has more than tripled in three decades, PAHO report says. https://www.paho.org/en/news/11-11-2022-number-people-diabetes-americas-has-more-tripled-three-decades-paho-report-says Source Text
  4. National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (NIDDK). (2023). What is diabetes?
  5. MedlinePlus. (2023). Diabetes. U.S. National Library of Medicine. https://medlineplus.gov/diabetes.html
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Amig@s MDE #NoMeRindo - Día Mundial de la Diabetes 2025

Nuestros amig@s de Making Diabetes Easier nos animan a celebrar el Día Mundial de la Diabetes 2025 compartiendo su capacidad de superación y el poder de no rendirse dibujando el círculo que une a todas las personas que viven con diabetes.

Únete a su mensaje compartiendo una foto o vídeo con los hashtags #MakingDiabetesEasier, #DíaMundialdelaDiabetes y #NoMeRindo

Dibuja tu círculo, súmate a la campaña de Making Diabetes Easier y demuestra que tú tampoco te rindes.
Mercè Llorca Bellobí
No te rindas, créeme cuando te digo que merece la pena seguir tomando nota ☺️
Aída Gámez. Azucarilla de Tormes
Ya os digo yo que la diabetes no va a ser más cabezota que yo, y si la diabetes no se rinde, yo tampoco 😜💙
Azucarilloman
Este año en el Día Mundial de la Diabetes únete al colectivo de personas que no se rinde ante la diabetes.
Jedi Azucarado
Vivir con diabetes es una lucha constante, sí, pero también una historia de superación diaria.
@blancayladiabetes

Comparte tu determinación

La determinación es la actitud que define a la mayoría de las personas que viven con diabetes; gran capacidad de tomar el control ante un agente perturbador o una situación adversa.

Únete y saca una sonrisa a tus personas más queridas compartiéndoles los vídeos de nuestra campaña o creando tu propio mensaje, foto o vídeo que represente tu actitud de no rendirte ante la diabetes con los hashtags #MakingDiabetesEasier, #DíaMundialdelaDiabetes y #NoMeRindo
 

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Día Mundial de la Diabetes 2025

Desde Making Diabetes Easier queremos celebrar el Día Mundial de la Diabetes 2025 poniendo en valor la gran capacidad de superación y el poder de no rendirse de todas las personas que viven con diabetes. Lo hacemos mostrando su coraje y fortaleza al afrontar cada día.

Amig@s Making Diabetes Easier #NoMeRindo

CONÓCELOS

La diabetes no se rinde. Yo tampoco.
#NoMeRindo

Todos los días las personas que viven con diabetes están condicionadas por una presencia permanente que se entromete en todas las actividades que realizan, pero ellos no se rinden y toman las decisiones adecuadas para vivir plenamente.

En Making Diabetes Easier ponemos al alcance de las personas con diabetes toda la información, recursos, testimonios y consejos más relevantes para hacer su vida con diabetes más fácil.

Descubre cómo Lea enfrenta esta presencia en diferentes situaciones, demostrando que con decisión ella siempre está a cargo.

Al despertar

Antes del amanecer, comienza la rutina: revisiones, decisiones, valentía.

En #MakingDiabetesEasier celebramos cada mañana como una nueva oportunidad para tomar el control y avanzar.  

#DíaMundialdelaDiabetes #NoMeRindo

Senderismo

Algunas subidas se miden en metros; otras en valentía. 

En #MakingDiabetesEasier celebramos cada paso adelante, desde el cuidado hasta el control.

#DíaMundialdelaDiabetes #NoMeRindo

Yoga

El equilibrio se encuentra en la fuerza interior.

La diabetes es una realidad, pero Lea demuestra que la fuerza y la calma son la clave para mantener el control. 

#DíaMundialdelaDiabetes #NoMeRindo

Cita

La celebración es la prioridad y vivir plenamente es parte del plan.

En #MakingDiabetesEasier celebramos que la diabetes no frena las cenas, las citas y las risas.

#DíaMundialdelaDiabetes #NoMeRindo

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¿Qué diferencias existen en la esperanza de vida para las diabetes de tipo 1 y 2?

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La esperanza de vida es el número de años que se espera que viva una persona.1 En términos generales, una persona con diabetes puede tener una esperanza de vida más corta que una persona sin diabetes.1,2,3 Sin embargo, la esperanza de vida se ve influida por otros factores, además del propio diagnóstico de diabetes.

Las cifras de esperanza de vida son promedios estadísticos que los expertos utilizan para analizar datos, comprender tendencias y crear políticas de salud pública.4 Se calculan mediante complejas fórmulas matemáticas.4 Aun así, es importante recordar que las fórmulas matemáticas no siempre captan la complejidad de las experiencias reales vividas. 

Es más, las expectativas de vida que se suelen citar en los estudios académicos se ven afectadas por diversos factores de riesgo.1,2 Muchos de ellos son modificables, lo que significa que tienes control sobre ellos y puedes cambiar la forma en que afectan a tu esperanza de vida. 

Pero ¿cuál es exactamente la esperanza de vida media de las personas con diabetes tipo 1 o tipo 2? Echemos un vistazo a las estadísticas, analicemos los factores que influyen en ellas y conozcamos consejos prácticos que te ayudarán a vivir más años en convivencia con tu diabetes.

¿Qué es la diabetes?

La diabetes es una enfermedad crónica (de larga duración) que se produce cuando el organismo no produce suficiente insulina o no la utiliza eficazmente. 5 Esto conduce a la característica distintiva de la diabetes: un nivel elevado de glucosa en sangre.5 

Con el tiempo, si no se trata, la glucosa en sangre elevada puede provocar una serie de complicaciones, muchas de ellas potencialmente mortales.5 Afecciones como las cardiopatías y las enfermedades renales, junto con complicaciones como la amputación de miembros inferiores, pueden afectar a la esperanza de vida de una persona.2,5,6 Sin embargo, si se está alerta y se lleva un control adecuado de la diabetes, se pueden retrasar o incluso prevenir estas graves complicaciones.5

La diabetes de tipo 1 es una enfermedad autoinmunitaria en la que el sistema inmunitario ataca por error a sus propias células productoras de insulina.5 La diabetes de tipo 1 suele detectarse en la infancia, pero es posible diagnosticarla a cualquier edad.5

La diabetes de tipo 2 es la forma más común de diabetes y representa más del 90 % de todos los casos de diabetes en el mundo.5

En la diabetes de tipo 2, el organismo desarrolla en primer lugar una mayor tolerancia a la insulina, lo que se denomina resistencia a la insulina.5 Con el tiempo, la insulina se utiliza cada vez con menos eficacia.5 A medida que el organismo se esfuerza por producir la cantidad suficiente, los niveles de glucosa en sangre se disparan.5

Diabetes tipo 1: esperanza de vida

La esperanza de vida típica de las personas con diabetes tipo 1 es entre 10 y 12 años inferior a la de las personas que no padecen esta enfermedad.2 Un estudio reciente a gran escala que utilizó datos de una población sueca descubrió que la esperanza de vida de las personas con diabetes tipo 1 era en promedio la siguiente:6

  • 69,8 en el caso de los hombres
  • 71,9 años en el caso de las mujeres

No obstante, es importante recordar que se trata simplemente de un promedio, y que cada persona tiene una esperanza de vida diferente en función de sus propios factores de riesgo específicos, como la edad, el índice de masa corporal (IMC) y el control de la glucosa en sangre.2

Factores de riesgo de la diabetes: cómo afectan a la esperanza de vida

Ser fumador, tener un IMC elevado y no controlar bien los niveles de glucosa en sangre son factores que pueden reducir la esperanza de vida de una persona con diabetes tipo 1.

Lo bueno es que mejorar estos factores de riesgo puede prolongar la vida. Un amplio estudio internacional descubrió que reducir los niveles de HbA1C de 108 mmol/mol (12 %) a 42 mmol/mol (6 %), por ejemplo, puede añadir 5 años a la esperanza de vida de un hombre joven.

El mismo estudio descubrió que reducir la glucosa en sangre, junto con dejar de fumar, reducir el IMC y mejorar la salud renal, puede añadir 13,2 años a la esperanza de vida de una persona.2Sin embargo, no podemos estar completamente seguros de que cambiar estos factores de riesgo realmente haga que las personas vivan más.2

Diabetes tipo 2: esperanza de vida

Algunos estudios previos han estimado que las personas con diabetes tipo 2 viven, de media, 6 años menos que las que no la padecen.7 Sin embargo, con el tratamiento adecuado y cambios en el estilo de vida, una persona con diabetes tipo 2 puede reducir el riesgo de complicaciones y vivir más años.1,5,8 

La edad en el momento del diagnóstico también puede influir.7 Un estudio reveló que cuanto más tarde desarrolle una persona diabetes tipo 2, más se acercará su esperanza de vida a la de una persona sin la enfermedad.7 Por ejemplo, la esperanza de vida en promedio de una persona diagnosticada a los 40 años puede ser 10 años menor que la de una persona sin diabetes, mientras que a los 60 años es aproximadamente 3-4 años menor.7 Se necesitan más estudios, con más participantes de diversos grupos étnicos y raciales, para comprender plenamente los efectos de la diabetes tipo 2 en la esperanza de vida.

La esperanza de vida por país

También es importante tener en cuenta que la esperanza media de vida varía mucho de un país a otro. Por ejemplo, entre los países de renta alta, la mayor esperanza de vida para las personas con diabetes de tipo 2 se registró en Japón.3

  • 79,2 años en el caso de los hombres
  • 84,1 años en el caso de las mujeres

Por el contrario, la esperanza de vida más baja para los hombres con diabetes de tipo 2 se registró en Lituania (63,7 años), mientras que la esperanza de vida más baja para las mujeres se registró en Letonia (74,2 años).

¿Por qué la esperanza de vida de una persona con diabetes es más corta?

Por lo general, las personas con diabetes tienen una esperanza de vida más corta que las que no la padecen, ya que la diabetes aumenta el riesgo de sufrir diversas complicaciones.8 Estas complicaciones pueden incluir:5

  • Enfermedades cardiovasculares, como cardiopatías e ictus.
  • Lesiones nerviosas 
  • Daños renales.
  • Daños oculares y pérdida de visión.
  • En casos extremos, amputación de miembros inferiores.

Es importante recordar que estas complicaciones pueden retrasarse o evitarse por completo con un control y un tratamiento adecuados de la diabetes.5

¿Cómo puedo aumentar mi esperanza de vida si tengo diabetes?

Puedes alargar considerablemente tu vida si controlas tu diabetes mediante cambios en el estilo de vida y sigues tu plan de tratamiento, todo ello con el apoyo de tu equipo de diabetología.5 En concreto, puedes aumentar su esperanza de vida de las siguientes maneras:1,5,8

  • Manteniendo un peso saludable 
  • Controlando la glucosa en sangre y manteniéndola dentro de los límites 
  • Manteniendo la tensión arterial y los niveles de colesterol dentro de unos límites saludables
  • Haciendo ejercicio con regularidad
  • Siguiendo una dieta equilibrada 
  • Dejando de fumar o decidiendo no empezar

Aunque la diabetes puede afectar a la esperanza de vida, los cambios positivos mencionados pueden aumentar la longevidad. Con el tratamiento adecuado y una gestión eficaz de su enfermedad, los diabéticos pueden llevar una vida larga, plena y sin complicaciones.

Fuentes

  1. CDC. How People with Type 2 Diabetes Can Live Longer. Accessed 20 October 2024. Available at: https://www.cdc.gov/diabetes/data-research/research/treatment-goals.html
  2. Tran-Duy A, Knight J, Clarke PM, et al. Development of a life expectancy table for individuals with type 1 diabetes. Diabetologia. 2021;64:2228–2236. https://doi.org/10.1007/s00125-021-05503-6
  3. Tomic D, Morton JI, Chen L, et al. Lifetime risk, life expectancy, and years of life lost to type 2 diabetes in 23 high-income jurisdictions: a multinational, population-based study. Lancet Diabetes Endocrinol. 2022;10(11):795–803. https://doi.org/10.1016/S2213-8587(22)00252-2
  4. EU Commission. Life expectancy. Accessed 20 October 2024. Available at: https://ec.europa.eu/health/indicators/docs/echi_10_ds_en.pdf
  5. Magliano DJ, Boyko EJ; IDF Diabetes Atlas 10th edition scientific committee . IDF DIABETES ATLAS [Internet]. 10th edition. Brussels: International Diabetes Federation; 2021. Chapter 1, What is diabetes? Accessed October 20, 2024. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK581938/
  6. Petrie D, Lung TWC, Rawshani A, et al. Recent trends in life expectancy for people with type 1 diabetes in Sweden. Diabetologia. 2016;59:1167–1176. https://doi.org/10.1007/s00125-016-3914-7
  7. Emerging Risk Factors Collaboration. Life expectancy associated with different ages at diagnosis of type 2 diabetes in high-income countries: 23 million person-years of observation. Lancet Diabetes Endocrinol. 2023;11(10):731–742. https://doi.org/10.1016/S2213-8587(23)00223-1
  8. Kianmehr H, Zhang P, Luo J, et al. Potential gains in life expectancy associated with achieving treatment goals in US adults with type 2 diabetes. JAMA Netw Open. 2022;5(4):e227705. https://doi.org/10.1001/jamanetworkopen.2022.7705
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“Cuidar de mi salud es un regalo que me hago”, por Nekane Moya

“Cuidar de mi salud es un regalo que me hago”, por Nekane Moya (@metal_typeone)

“Cuidar de mi salud es un regalo que me hago”, por Nekane Moya (@metal_typeone)

Nekane Moya, más conocida en las redes como @metal_typeone, es una vitoriana a la que la diabetes le llegó hace ya más de un cuarto de siglo, cuando aún era muy pequeña.

Pese a su juventud, ya sabe lo que es que la condición afecte a su salud.

¡Vamos a conocerla un poco más!

Conocemos a la Nekane con diabetes, ¿pero qué nos cuentas de la persona detrás de @metal_typeone?

Detrás del perfil de @metal_typeone se encuentra una persona creativa, sensible a la que le encanta el arte y la música. También soy una persona a la que le gusta darle un giro diferente incluso a las cosas duras ya que creo que el humor es una herramienta muy poderosa. Soy alguien que ha tenido que caerse para aprender a levantarse y he encontrado en las redes un lugar donde ser yo misma sin temor a sentirme juzgada. Lo que intento transmitir es lo que soy y mostrar mi vida con diabetes como una circunstancia más.

¿Cómo viviste el diagnóstico de la diabetes de pequeña?

Con los años fui consciente de que el diagnóstico fue un shock tanto para mi como para mi familia. En  el momento no recuerdo ni siquiera llorar, solo salir del hospital y hacer todo lo que me decían los médicos que debía hacer. Recuerdo con el tiempo sentirme un poco aislada y diferente al resto porque una niña a esa edad lo que quiere es jugar y estar con sus amigas y no pensar en nada más. Ahora desde otra perspectiva sé que fue el inicio de un camino duro pero también de un aprendizaje enorme.

Cuentas en tu perfil que los primeros años no te cuidaste todo lo recomendable. ¿Qué factores te llevaron a ello, y cómo recomendarías evitarlos a alguien que comience ahora con la enfermedad y se encuentre en tu situación?

Durante muchos años sentí una mezcla de rebeldía y cansancio. Quería ser "normal", no tener que pensar en glucemias, calcular la comida ni médicos.

Muchas veces hacía como que la diabetes no existía y eso me llevó a descuidarme. No era porque no supiera lo que tenía que hacer, si no porque emocionalmente estaba agotada de sentirme diferente.

Si pudiera hablar con alguien que está empezando ahora, le diría que no se culpe si en algún momento llega a sentirse así, que es algo normal. Pero también le diría que cuidarse no significa vivir limitado, sino todo lo contrario: significa poder tener más libertad, sentirte mejor y evitar las complicaciones en un futuro. El secreto está en verlo como un acto de amor hacia uno mismo y de rodearse de gente que te apoye y te entienda.

Te llegan entonces los diagnósticos de celiaquía, retinopatía... supongo que con ellos cambia por completo tu gestión de la diabetes.

Sí. Cada diagnóstico extra fue como un jarro de agua fría. La celiaquía me obligó a cambiar por completo mi alimentación y estar alerta en todo momento sobre todo al principio para saber qué podía y no podía comer. Eso causa mucho cansancio mental y al principio fue un reto enorme ya que sentía que mi alimentación se restringía aún más. Y la retinopatía ... Esa fue una llamada de atención muy fuerte ya que ahí entendí que esto no es un juego y que la diabetes puede tener consecuencias reales si no te cuidas. Al principio fue duro pero luego empecé a verlo como una oportunidad ya que empecé a comprometerme en serio conmigo misma y mi salud.

¿Cuál es el paso que más te ha ayudado a llevar un mejor control de la enfermedad?

Lo que marcó un antes y un después fue aceptar la enfermedad. Pasé muchos años luchando contra ella como si la diabetes fuera una enemiga. En el momento que empezaron las complicaciones fui consciente que o nos hacíamos amigas o la cosa no iba a acabar bien. Me tocó aprender a convivir con ella . La tecnología también ha sido clave: usar sensor y bomba de insulina me ha dado más tranquilidad, más control y más consciencia de que tengo una enfermedad que no debo descuidar. También  el hecho de conectar con personas que pasan por lo mismo te hace sentir que no estás sola.

Hoy en día cuidar de mi salud ya no es una obligación, es un regalo que me hago para poder vivir mejor.

¿Cuál ha sido la mayor sorpresa positiva a la hora de empezar a cuidarte?

La mayor sorpresa es descubrir que cuidarme no me limita, sino que me da más alas.

Tener información para el cuidado de la diabetes nos empodera como pacientes y eso nos lleva a querer hacer las cosas mejor y a sentirnos mejor. Cuando empecé a usar todas estas herramientas me sentí más libre a pesar de tener que seguir ciertas normas, pero sobre todo empecé a dejar de tener miedo a las complicaciones.

Además gracias a cuidarme he conocido a muchas personas en la comunidad de la diabetes y he descubierto que de algo tan duro pueden salir cosas bonitas. Si me hubiesen dicho hace años que la diabetes me iba a dar también comunidad, aprendizaje y fuerza no lo habría creído.

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Importancia de la salud mental en personas con diabetes

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Vivir con diabetes va mucho más allá de lo físico. No se trata solo de controlar la glucosa o seguir una alimentación , sino de aprender a manejar  las situaciones diarias. Es un camino que requiere fuerza interior, comprensión y apoyo.

Porque en cada acción -medir, planificar, ajustar- también afecta emocionalmente: ansiedad, miedo, agotamiento o frustración. Y cuando no se reconocen estas emociones, cuidar de uno mismo puede volverse más difícil.

Además, muchas veces las personas con diabetes sienten que deben aparentar fortaleza constante frente a su entorno, lo que puede llevar a ocultar sus emociones y generar una mayor carga interna.

Fatiga emocional por diabetes

Muchas personas que viven con  diabetes experimentan, en algún momento, lo que se conoce como fatiga emocional por diabetes. Es un agotamiento profundo que aparece después de tanto tiempo conviviendo con una rutina constante de cuidados. No es flojera ni falta de voluntad: es el peso invisible de hacer lo correcto, todos los días1.

Este desgaste puede manifestarse en forma de desmotivación, tristeza, sensación de estar fallando… incluso en el deseo de “desconectar” del control glucémico. Pero no siempre se habla de esto en las consultas médicas. Y sin embargo, atenderlo es fundamental para mantener la salud física y emocional.

También puede afectar las relaciones personales, generando malentendidos con familiares o amigos que no comprenden del todo el esfuerzo constante que implica vivir con diabetes.

Esta fatiga emocional  puede repercutir en el desempeño laboral o académico, debido a la dificultad para concentrarse o la falta de energía.

Estrés y glucosa: una relación directa

Cuando se atraviesan momentos de estrés o ansiedad, el cuerpo libera hormonas como el cortisol, que pueden elevar los niveles de azúcar en sangre. Es una reacción natural que produce el cuerpo, pero que complica tu día a día .

Además, ese estado emocional puede hacer que abandonemos ciertos hábitos saludables: se come por impulso, no se duerme bien, se pospone el ejercicio o se olvida una dosis. Todo esto, poco a poco, impacta en el equilibrio del cuerpo y la mente3.

Incluso el estrés sostenido puede influir en la toma de decisiones, haciendo más difícil seguir las recomendaciones médicas o mantener la disciplina que requiere el tratamiento.

En este contexto, aprender a identificar las señales del cuerpo frente al estrés es clave para poder intervenir a tiempo y evitar descompensaciones innecesarias.

¿Qué pasa cuando no me siento bien?

El bienestar emocional no es un lujo. Es una necesidad básica para todas las personas. Se estima que alrededor del 30 % de las personas con diabetes tipo 2 desarrollan síntomas depresivos en algún momento de su vida4. Y cuando el estado de ánimo decae, muchas veces también lo hace la adherencia al tratamiento.

Esto genera un círculo difícil de romper: me siento mal → me cuido menos → los niveles de glucosa empeoran → me siento peor. Por eso, cuidar la salud mental es también una forma de proteger el cuerpo.

Romper ese ciclo requiere valentía y apoyo. Reconocer que uno necesita ayuda es el primer paso hacia una mejor calidad de vida.

A veces, solo hablar de lo que sentimos ya alivia parte del peso emocional. Compartirlo con alguien de confianza o con un profesional puede marcar la diferencia

Herramientas que nos ayudan 

El camino emocional no se recorre solo. Existen diferentes recursos que pueden marcar una gran diferencia y ayudar a gestionar tus emociones:

Mindfulness y conexión interior

La práctica de la atención plena ayuda a reducir el estrés y a reconectar con uno mismo. Estudios muestran que incluso unos minutos al día pueden mejorar significativamente el bienestar emocional y el control glucémico4.

Terapia psicológica

Espacios de escucha profesional pueden ser fundamentales. La terapia cognitivo-conductual, por ejemplo, ha mostrado ser efectiva para disminuir síntomas depresivos y aumentar el compromiso con el autocuidado1.

Redes de apoyo

Hablar con otras personas que viven con diabetes, ya sea en grupos presenciales o en comunidades online, permite sentirse comprendido y menos solo. También el apoyo de familiares y amistades cercanas puede ser un gran soporte emocional.

Momentos de pausa

Leer, caminar, escuchar música, reírse o simplemente descansar. Incluir pequeñas pausas placenteras en el día ayuda a recargar energías y a cuidar del bienestar emocional de forma sencilla3.

La importancia de un enfoque humano

Un tratamiento integral necesita incluir también lo emocional. Es importante que los profesionales  pregunten directamente cómo se siente la persona, escuche y pueda derivar a apoyo psicológico cuando sea necesario2.

Además, incorporar talleres, encuentros grupales y materiales de educación emocional en los centros de salud puede ayudar a normalizar estos temas, derribar estigmas y acompañar de manera más compasiva en los momentos más difíciles.

Vivir con diabetes no se trata solo de cifras ni controles. También se trata de cómo nos sentimos al transitar cada paso. Cuando cuidamos nuestras emociones, es más fácil mantener la rutina, la motivación y, sobre todo, vivir con mayor bienestar.

Fuentes

  1. American Diabetes Association. https://diabetes.org/
  2. CDC. Diabetes https://www.cdc.gov/diabetes/
  3. NIDDK. Diabetes https://www.niddk.nih.gov/health-information/diabetes
  4. International Diabetes Federation. Diabetes impacts the mental health https://idf.org/news/diabetes-hidden-burden/
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“Hay que respetar la autonomía de la persona con diabetes”, por Sarai Rodríguez

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“Hay que respetar la autonomía de la persona con diabetes”, por Sarai Rodríguez

Sarai Rodríguez Lecuna es docente en mindfulness y gestión del estrés, que se ha lanzado al mundo literario con Vivir sin miedo, el diagnóstico.
Hablamos con esta autora, a la que algunos quizá conozcáis por su faceta divulgadora en su cuenta @diabetesconsarai.

En tu libro Vivir sin miedo hablas sobre cómo afrontar el diagnóstico. ¿Qué encontrarán aquellos que se acerquen a sus páginas?

Van a encontrar el sostén que a mí me hubiera gustado tener hace diez años, cuando debuté con diabetes. Un refugio emocional. Porque una cosa es que te expliquen qué es la insulina, los hidratos o el control… y otra muy distinta es poner nombre a ese torbellino de miedo, incertidumbre y soledad que se siente en los primeros días.

Este libro nace de la necesidad de poner palabras a emociones que muchas veces no sabemos expresar, pero que todos, en algún momento, hemos sentido. Quien lo lea descubrirá que no está solo: que lo que siente tiene sentido, que se puede transitar, y que incluso en medio del caos hay espacio para la esperanza… y para alguna que otra risa.

¿Cómo influye el estrés en los niveles de glucosa y qué papel juega el mindfulness en su regulación?

El estrés no es solo “estar nervioso”: es pura bioquímica. Cuando percibimos una amenaza, real o imaginaria, el cuerpo libera dos hormonas principales: cortisol y adrenalina.

La adrenalina prepara al organismo para “luchar o huir”: acelera el corazón, sube la tensión y moviliza la glucosa almacenada en el hígado para que haya energía inmediata.

El cortisol, que es la hormona del estrés sostenido, mantiene esos niveles de glucosa altos durante más tiempo, porque el cuerpo cree que seguimos en peligro.

El problema es que esa respuesta, que antes servía para escapar de un león, hoy se activa por una reunión, un examen o incluso por el miedo a una hipoglucemia. Resultado: la glucosa se dispara aunque hayas hecho todo “bien”, las llamadas hiperglucemias emocionales también.

Ahí es donde entra el mindfulness o la atención plena, pero no desde un enfoque místico, sino desde la ciencia: el cerebro se acostumbra a reaccionar siempre igual ante ciertos estímulos. Si entrenamos la atención plena, le enseñamos a responder de otra manera. Con práctica, esa nueva respuesta se vuelve casi automática, como un reflejo aprendido.

Al practicar técnicas de respiración, escaneo corporal o simplemente detenernos a observar sin juicio, el sistema nervioso activa la rama parasimpática: bajan las pulsaciones, disminuye la liberación de cortisol y adrenalina… y, en consecuencia, la glucosa encuentra un poco de equilibrio. No es magia, es neuroplasticidad: el cerebro aprende a gestionar de otra forma las emociones, y con ello cuidamos también nuestro cuerpo.

¿Qué prácticas de atención plena recomiendas para personas con diabetes que viven con miedo a las hipoglucemias?

Lo primero es algo que casi nunca nos enseñan: aprender a reconocer la emoción y permitirnos sentirla sin culpa. El miedo no es un fallo, es una respuesta humana. Las emociones no son buenas ni malas en sí mismas; lo que cambia es cómo las vivimos y cómo las gestionamos. Si negamos lo que sentimos, la emoción se hace más grande. En cambio, si la aceptamos, ya tenemos la mitad del camino recorrido.

En cuanto a las prácticas, creo que en diabetes necesitamos herramientas simples y transportables, porque el miedo o la ansiedad pueden aparecer en cualquier momento, en un supermercado, en el trabajo o en la cama a las tres de la mañana. Algunas de las más útiles son:

- Respiración diafragmática: es la respiración natural de los bebés, esa en la que se infla el abdomen al inspirar. Colocando una mano en el pecho y otra en el vientre. Al inhalar por la nariz,se  lleva el aire al abdomen y se siente cómo se eleva la mano inferior; al exhalar por la boca, dejar que baje suavemente. La clave está en poner tu atención ahí. Si notas que la mente se distrae con pensamientos de miedo hay que intentar volver  a reconducirla a la respiración, una y otra vez, sin castigarte, se que parece difícil pero con practica y Guia acabas haciéndolo casi de manera automática

- Escaneo corporal exprés: consiste en recorrer mentalmente el cuerpo, desde los pies hasta la cabeza, dedicando unos segundos a cada parte. Incluso puedes acompañarlo con pequeñas contracciones: aprietas una mano, luego la otra, después los hombros… y los vas soltando poco a poco. En apenas 30 segundos se rompe la espiral de pensamientos, porque la mente se centra en el cuerpo en lugar de en el miedo.

- Pequeños anclajes de humor: aquí no se trata de reírse del miedo, sino de darle un pellizco de ironía. Yo suelo decir que “el miedo a la hipo a veces es más intenso que la hipo misma”. Ponerle humor reduce su poder, lo desinfla. Por ejemplo, imaginar que tu mente es como un director de cine montando una película dramática… y tú decides cambiar el género a comedia. La hipo sigue ahí y hay que tratarla, claro, pero al quitarle la banda sonora de tragedia, gestionarla se vuelve más llevadero.

Al final, la atención plena no elimina las hipoglucemias, pero sí nos ayuda a dejar de pelearnos con lo que sentimos, a soltar el extra de sufrimiento que añade la cabeza. Y ese es un alivio enorme en el día a día.

No toda la ansiedad de la diabetes viene desde dentro... ¿cómo enseñamos a familiares o cuidadores a acompañar desde la calma y no desde la presión?

Con mucha paciencia y con educación emocional, porque no olvidemos algo importante: quienes nos acompañan también cargan con sus propios miedos y sombras. Ven la diabetes desde fuera, sin sentirla en su piel, y eso muchas veces les genera más ansiedad que a la persona que la vive. Y claro, esa ansiedad se traduce en un exceso de control: qué comes, qué dejas de comer, si te pusiste bien las unidades de insulina, o el típico comentario en mitad de una hipoglucemia: “¿Ves? Es porque comiste poco”. Como si fuera tan simple… cuando en realidad hay mil factores detrás (hormonas, estrés, ejercicio, el propio azar de la diabetes).

El problema es que ese control, aunque venga del amor, se siente como un interrogatorio constante. Y nadie quiere vivir vigilado. Por eso la clave no está en repetir “¿ya te mediste?” cinco veces al día, sino en cambiar la pregunta por algo que invite al diálogo: “¿cómo estás?, ¿qué necesitas de mí?”. Parece pequeño, pero abre un espacio de confianza enorme.

Acompañar desde la calma significa estar presentes, ofrecer apoyo sin invadir, y sobre todo respetar la autonomía de la persona con diabetes. Porque sí, convivir con diabetes ya es bastante trabajo… como para que encima te hagan sentir que has suspendido un examen cada vez que tu glucosa se mueve.

¿Cómo cultivar la paciencia en un proceso tan largo y fluctuante como el control de la diabetes?

Lo primero es aceptar que la perfección no existe. La diabetes, como la vida, está hecha de altibajos: habrá días en los que todo encaje y otros en los que la glucosa decida ir por libre, sin importar lo bien que lo hayas hecho. Pretender tenerlo siempre bajo control es una receta para la frustración.

La paciencia se entrena entendiendo que esto es un maratón, no un sprint. No se trata de hacerlo perfecto un día, sino de sostenerlo en el tiempo. Yo siempre digo: mejor un 80% sostenible que un 100% imposible. Esa es la verdadera estrategia de largo plazo.

Y también ayuda cambiar la mirada: dejar de fijarnos solo en los grandes resultados y empezar a celebrar lo pequeño. Un día en rango, una comida disfrutada sin miedo ni culpa, una noche de descanso… Esos son logros reales, que suman y nos recuerdan que estamos avanzando.

Al final, cultivar la paciencia es aprender a convivir con la incertidumbre sin dejar que nos robe la vida. La diabetes está ahí, sí, pero nosotros también. Y tenemos derecho a vivir con calma, incluso en medio de las fluctuaciones.

Cuando educas en mindfulness a gente con y sin diabetes, ¿cuál es la mayor diferencia que percibes?

La diferencia es enorme. En una persona sin diabetes, el mindfulness suele ser una herramienta para reducir el estrés de fuera: el trabajo, la familia, los exámenes, las prisas del día a día… Y normalmente, cuando esa situación externa se soluciona o se aprende a manejar, el estrés baja y se pasa a otra cosa.

En cambio, en la diabetes el foco de estrés nunca desaparece, porque forma parte de tu vida las 24 horas. No es un examen que termina o una reunión que se cierra: es un órgano que dejó de funcionar y cuyas funciones tienes que asumir tú, a diario, para siempre. Y eso implica un nivel de cansancio y presión que muchas veces la gente de fuera no alcanza a imaginar.

Además, hablamos de una enfermedad invisible: si tú no dices que tienes diabetes, nadie lo sabe. Salvo ahora, que los sensores nos hacen un poco más “visibles”. Pero imagina estar en el trabajo, que te dé una hipoglucemia, tener que dejar lo que estabas haciendo a medias, explicar a tu jefa por qué te pasa eso y, a la vez, manejar la situación física y emocional de una bajada de glucosa. Ese estrés no se esfuma con una tarde libre o con que pase la tormenta, porque la tormenta eres tú aprendiendo a gestionar algo crónico.

Por eso en la diabetes el mindfulness no es un lujo: es casi un salvavidas. Te ayuda a no vivir en esa “curva infinita” de subidas y bajadas, a ir adaptando la mente y el cuerpo para que no se lo lleve por delante el cansancio, la frustración o la culpa. Porque a la diabetes se le suman otras cosas, otras mochilas de la vida, y si no aprendemos a gestionar, el peso se vuelve insoportable.

Al final, la gran diferencia es que mientras otros practican para sentirse mejor en momentos puntuales, en diabetes practicamos porque nuestra salud, nuestra estabilidad emocional y nuestra vida cotidiana dependen de ello.

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Detección y diagnóstico de la diabetes de tipo 1

Detección y diagnóstico de la diabetes de tipo 1

Detección y diagnóstico de la diabetes de tipo 1

La diabetes de tipo 1 es una enfermedad autoinmunitaria que dura toda la vida y que puede desarrollarse a cualquier edad.1,2 Si no se trata, puede dar lugar a complicaciones graves, pero con la atención y el tratamiento adecuados, las personas con diabetes pueden seguir haciendo las cosas que les gustan y llevar una vida feliz y plena.1

Por eso es importante hacerse la prueba de la diabetes tipo 1. Un diagnóstico rápido y preciso mediante pruebas de detección de la diabetes es clave para prevenir complicaciones, recibir la atención adecuada y disfrutar de una vida plena.3 

Sigue leyendo para conocer los signos y síntomas de la diabetes tipo 1, saber cuándo debes acudir a un profesional sanitario y conocer cuáles son las pruebas de detección disponibles para diagnosticar esta enfermedad

¿Cómo se diagnostica la diabetes de tipo 1?

La diabetes de tipo 1 se diagnostica basándose en una combinación de síntomas y niveles elevados de glucosa en sangre detectados mediante análisis de sangre.3 

Los síntomas clásicos en los que se basan los profesionales sanitarios para diagnosticar la diabetes de tipo 1 son los siguientes:2,3

  • Hambre constante (polifagia)
  • Orinar con mucha frecuencia (poliuria)
  • Sensación de sed constante (polidipsia)
  • Pérdida de peso sin explicación aparente


Aunque la diabetes de tipo 1 no tratada puede dar lugar a complicaciones, como cardiopatías, coágulos sanguíneos, accidentes cerebrovasculares, lesiones nerviosas e insuficiencia renal, un diagnóstico precoz seguido de cuidados y tratamiento a largo plazo puede reducir enormemente el riesgo de padecer estos problemas.2 Con un enfoque adecuado y coherente, muchas personas pueden retrasar o incluso prevenir estas complicaciones.3

¿Cuáles son los 10 signos de alarma de la diabetes de tipo 1?

Los siguientes signos y síntomas pueden indicar diabetes de tipo 1.4

  • Hambre constante.
  • Orinar mucho más de lo habitual, especialmente por la noche.
  • Sensación de mucha sed.
  • Pérdida de peso involuntaria. 
  • Sensación de fatiga, sueño o falta de la energía habitual.
  • Tener la boca seca y picor en la piel.
  • Cambios en la visión tales como visión borrosa.
  • Infecciones recurrentes por hongos (cándida)5
  • Aliento con olor a fruta (un signo de cetoacidosis diabética, una complicación grave de la diabetes).
  • Respiración pesada (que también es un signo de cetoacidosis diabética). 

La cetoacidosis diabética es una urgencia médica que requiere atención inmediata, por lo que, si experimentas síntomas, no dudes en solicitar asistencia médica de inmediato. La intervención precoz es clave y tu equipo sanitario podrá proporcionarte el apoyo y la atención que necesitas.

¿Cómo sé si debo hacerme la prueba para la diabetes?

Normalmente, los síntomas de la diabetes tipo 1 aparecen de repente y de forma bastante grave.4 Acude a un profesional sanitario para que te realice una prueba de diabetes tan pronto como puedas en alguno de los siguientes casos:4,6

  • Si experimentas los principales síntomas de la diabetes (hambre constante, sed y orinar con más frecuencia de lo habitual). 
  • Si has adelgazado sin querer. 
  • Si presentas los síntomas mencionados anteriormente, además de somnolencia, confusión, vómitos, dificultad para respirar y aliento con olor a fruta.

Pruebas de diagnóstico de la diabetes de tipo 1

Existen diferentes tipos de pruebas para la diabetes.7 Se utilizan para obtener una imagen completa de tu enfermedad y garantizar que el diagnóstico sea preciso y completo. Las principales pruebas de diagnóstico de la diabetes son las siguientes:7

  • Diversos análisis de sangre que miden los niveles de glucosa en diferentes momentos.
  • Análisis de orina que miden los niveles de cetonas en el organismo, ácidos producidos por el hígado. Cuando los niveles de cetonas son inusualmente altos, esto indica que tu cuerpo no está produciendo suficiente insulina y está descomponiendo la grasa para obtener energía en lugar de utilizar la glucosa.
  • Pruebas de autoanticuerpos que utilizan muestras de sangre para confirmar el diagnóstico de diabetes tipo 1 o predecir el riesgo de desarrollar la enfermedad.


Pruebas de sangre para diagnosticar la diabetes

Los análisis de sangre para la diabetes suelen utilizarse para medir los niveles de glucosa en el organismo. Para algunas de estas pruebas, es posible que tengas que ayunar unas horas antes, mientras que otras pueden realizarse en cualquier momento del día, antes o después de las comidas.1,2 

Los principales análisis de sangre para detectar la diabetes son los siguientes:1,2

  • Prueba aleatoria de glucosa en sangre. Esta prueba puede realizarse en cualquier momento del día y no requiere preparación alguna. Un resultado de la prueba que muestre niveles de glucosa en sangre superiores a 11,1 mmol/l (200 mg/dl) combinado con síntomas típicos suele sugerir diabetes.
  • Prueba de glucosa en sangre en ayunas. Esta prueba mide los niveles de glucosa en sangre sin alimentos y requiere ayuno nocturno. Un resultado superior a 7,0 mmol/l (126 mg/dl) suele indicar diabetes.
  • Prueba de tolerancia oral a la glucosa (PTGO). Esta prueba muestra cómo responde tu organismo a los carbohidratos y a la glucosa que contienen. Como parte de la PTGO, se te medirá la glucosa en sangre tras un periodo de ayuno. A continuación, te darán una bebida azucarada y te volverán a medir la glucosa en sangre durante 2 horas. Un resultado superior a 7,8 mmol/l puede indicar prediabetes o diabetes.
  • Prueba de HbA1c. Esta prueba proporciona una media de los niveles de glucosa en sangre durante 3 meses. Un resultado superior a 48 mmol/mol (6,5 %) puede indicar diabetes.2,3

Normalmente, si una persona no presenta síntomas, los resultados de las pruebas deben mostrar un nivel anormal de glucosa en sangre en dos ocasiones diferentes para indicar la presencia de diabetes.2 

Otros análisis de sangre para detectar la diabetes son los siguientes:1

  • Pruebas de autoanticuerpos, que pueden ayudar a identificar a las personas que corren riesgo de padecer diabetes de tipo 1 incluso sin presentar síntomas.
  • Prueba de péptido C, que puede ayudar a diferenciar entre la diabetes de tipo 1 y la de tipo 2. Una prueba de péptido C mide los niveles de péptido conector, una sustancia liberada por las mismas células pancreáticas que producen insulina.

Vivir con diabetes

Recibir un diagnóstico de diabetes puede resultar abrumador al principio.1 No obstante, con la atención, el control y el apoyo adecuados de tu equipo de diabetología, podrás seguir viviendo una vida plena y llena de vitalidad en convivencia con esta enfermedad.

Consulta a tu médico de cabecera si tienes dudas o experimentas síntomas de la diabetes de tipo 1. Cuanto antes recibas un diagnóstico, antes podrás empezar el tratamiento, que puede ayudarte a prevenir complicaciones3 y permitirte seguir haciendo las cosas que te gustan.  

 

 

 

Fuentes

  1. JDRF. What is type 1 diabetes? Accessed 20 October 2024. Available at: https://jdrf.org.au/living-with-t1d/what-is-type-1-diabetes/
  2. DiMeglio LA, Evans-Molina C, Oram RA. Type 1 diabetes. Lancet. 2018;391(10138):2449–2462. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(18)31320-5
  3. Atkinson MA, Eisenbarth GS, Michels AW. Type 1 diabetes. Lancet. 2014;383(9911):69–82. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(13)60591-7
  4. Breakthrough T1D. Symptoms of type 1 diabetes. Accessed 20 October 2024. Available at: https://www.breakthrought1d.org/t1d-basics/symptoms/
  5. ISPAD Libman I, Haynes A, Lyons S, et al. ISPAD Clinical Practice Consensus Guidelines 2022: Definition, epidemiology, and classification of diabetes in children and adolescents. Pediatr Diabetes. 2022;23(8):1160–1174. https://doi.org/10.1111/pedi.13454
  6. JDRF. Type 1 diabetes symptoms. Accessed 20 October 2024. Available at: https://jdrf.org.au/living-with-t1d/symptoms/
  7. Breakthrough T1D. Diagnosing type 1 diabetes. Accessed 20 October 2024. Available at: https://www.breakthrought1d.org/t1d-basics/diagnosis/
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El día a día de los niños con diabetes

El día a día de los niños con diabetes

El día a día de los niños con diabetes 

El diagnóstico de diabetes en un niño transforma la rutina familiar. Desde el momento en que se detecta la condición, comienza un camino en el que el tratamiento médico, el aprendizaje constante y el acompañamiento emocional se vuelven pilares esenciales. A diferencia de lo que se podría pensar, el manejo diario de la diabetes infantil no se reduce al uso de insulina. Implica un seguimiento detallado, la educación del niño y su entorno, el equilibrio en la alimentación, la práctica segura de actividad física y, sobre todo, la construcción de una vida saludable y plena para el menor.

1. Tratamiento: el punto de partida

En la gran mayoría de los casos de diabetes infantil, el tratamiento incluye la administración diaria de insulina¹. Esto se puede realizar mediante inyecciones múltiples al día o a través de una bomba de insulina, que permite un suministro continuo y ajustable. La elección del método dependerá de la edad del niño, su estilo de vida y las recomendaciones del equipo médico.

El tratamiento debe ser flexible y adaptarse a los cambios en el cuerpo del niño: crecimiento, apetito, horarios escolares y actividad física. Para ello, es esencial mantener una comunicación fluida con el endocrino pediátrico y realizar controles regulares. Un tratamiento bien ajustado no solo mejora el control glucémico, sino que también ayuda a prevenir complicaciones a largo plazo¹.

2. Monitoreo glucémico: conocer para actuar

Medir la glucosa en sangre varias veces al día es una de las tareas más importantes del manejo diario. Gracias a los avances tecnológicos, muchos niños hoy en día utilizan sistemas de monitorización continua de glucosa (MCG), que brindan lecturas constantes prácticamente en tiempo real que alertan sobre posibles hipoglucemias o hiperglucemias². Esta tecnología permite actuar con rapidez y tomar decisiones más precisas sobre la alimentación o la administración de insulina.

En los casos en que no se cuente con MGC , el control con glucómetro sigue siendo muy efectivo. Lo ideal es realizar mediciones antes y después de cada comida, antes de realizar ejercicio físico y al acostarse. Esta información no solo ayuda a mantener los niveles de  glucosa en rangos seguros, sino que también enseña al niño a interpretar las señales de su cuerpo².

Un aspecto clave es elaborar con un equipo de profesionales médicos un plan personalizado de manejo de diabetes (DMMP, por sus siglas en inglés), en el que se definan objetivos de glucosa, pautas de medición, alimentación, administración de insulina y protocolos de emergencia. Este plan debe compartirse con la escuela, cuidadores y familiares cercanos para garantizar un entorno seguro en todo momento².

3. Alimentación: una rutina equilibrada, no una restricción

Uno de los mitos más comunes es que un niño con diabetes debe seguir una dieta estricta o monótona. En realidad, se puede disfrutar de una alimentación variada y sabrosa siempre que exista planificación. El control de carbohidratos es esencial, ya que estos influyen directamente en los niveles de glucosa.

La clave está en aprender a contar carbohidratos de forma precisa, leer etiquetas, identificar porciones adecuadas y elegir alimentos con bajo índice glucémico. Los cereales integrales, frutas enteras, legumbres, verduras y grasas saludables son aliados en el control de la glucosa. A su vez, se deben evitar los azúcares simples, los productos ultraprocesados y las bebidas azucaradas.

Mantener horarios regulares para las comidas también ayuda a prevenir descompensaciones. Lo ideal es establecer cinco tiempos de comida al día: tres principales y dos snacks saludables. Estos hábitos no solo benefician al niño, sino que pueden ser adoptados por toda la familia, generando un entorno más unido y saludable.

4. Actividad física: mover el cuerpo, cuidar el azúcar

El ejercicio regular es otro componente indispensable del tratamiento. Mejora la sensibilidad a la insulina, fortalece el sistema cardiovascular, favorece el control del peso y tiene un impacto positivo en el bienestar emocional³. Sin embargo, en niños con diabetes, la actividad física debe planificarse cuidadosamente.

Antes de comenzar a hacer ejercicio, es importante medir la glucosa en sangre.En general, aunque este umbral puede variar según el plan de tratamiento individual, si es inferior a 100 mg/dL, se recomienda tomar una bebida con carbohidratos. También es necesario verificar los niveles al finalizar la actividad, ya que la hipoglucemia puede aparecer incluso horas después del esfuerzo³.

En función del tipo de actividad, su duración e intensidad, se puede requerir un ajuste en la dosis de insulina o en la alimentación previa y posterior al ejercicio. Tener a mano carbohidratos de acción rápida —como zumos, tabletas de glucosa o galletas— es una precaución indispensable. Además, los profesores de educación física y entrenadores deben estar informados sobre la diabetes del niño y capacitados para actuar ante una posible hipoglucemia³.

5. Educación y apoyo emocional: pilares para la autonomía

Uno de los aspectos más importantes del manejo de la diabetes en la infancia es la educación progresiva del niño y su entorno. Aprender sobre la diabetes permite al niño participar en el cuidado de su salud, tomar decisiones informadas y ganar autonomía con el tiempo⁴.

Desde los primeros años, se puede comenzar enseñando al niño a reconocer síntomas de hipoglucemia, identificar alimentos que elevan o bajan el azúcar, y entender por qué necesita inyectarse insulina. A medida que crece, puede aprender a medir su glucosa, ajustar dosis bajo supervisión y, eventualmente, gestionar su tratamiento casi de forma independiente⁴.

La dimensión emocional también debe ser atendida. La diabetes puede generar frustración, ansiedad o aislamiento, especialmente en la adolescencia. Por eso, contar con el apoyo de psicólogos, grupos de acompañamiento o redes sociales específicas para jóvenes con diabetes puede marcar una gran diferencia. Asimismo, la familia, los amigos y el personal escolar deben actuar como aliados, mostrando comprensión y empatía⁴.

El manejo diario de la diabetes en niños va mucho más allá del control médico. Requiere compromiso, aprendizaje constante y una red de apoyo sólida. Cuando se cuenta con las herramientas adecuadas —tratamiento individualizado, monitoreo efectivo, educación nutricional, actividad física planificada y acompañamiento emocional— es posible alcanzar una vida plena, segura y feliz para los niños con diabetes.

El desafío no está solo en mantener los niveles de glucosa bajo control, sino en construir confianza, fomentar la independencia y ofrecer contención para que cada niño pueda crecer sin que la diabetes lo limite. 

Fuentes

  1. World Health Organization. Diabetes https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/diabetes
  2. Centers for Disease Control and Prevention. Diabetes. https://www.cdc.gov/diabetes/
  3. American Diabetes Association. Diabetes. https://diabetes.org/
  4. National Library of Medicine. Diabetes. MedlinePlus. https://medlineplus.gov/diabetes.html
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“La tecnología no solo aporta control, sino también libertad”, por Debidulce

Importancia de la salud mental en personas con diabetes

“La tecnología no solo aporta control, sino también libertad”, por Debidulce

Deborah debutó con diabetes en 1989, y desde hace unos años esta TS y promotora en igualdad comparte sus experiencias en su cuenta, @debidulce.
Hoy se ha acercado a nuestro rincón en la red, para contarnos un poco más sobre ella.

¿Quién es Deborah, la persona tras @debiculce?

Deborah, soy una mujer que lleva conviviendo con la diabetes tipo 1 desde 1989, cuando era solo una niña. Con el tiempo, he aprendido que la diabetes no me define, pero sí forma parte de mi historia. Soy madre, trabajadora social, promotora en igualdad y una apasionada de compartir experiencias que puedan ayudar a otras personas que están recorriendo este camino. Tras @debiculce hay alguien real, con días buenos y no tan buenos, pero siempre con ganas de aprender, cuidarse y acompañar.

En más de 3 décadas con diabetes habrás pasado por multitud de etapas... ¿cuáles han marcado más tu relación con la enfermedad?

Han sido muchas y muy diferentes. Al principio, cuando debuté, la diabetes era un mundo desconocido para mí y mi familia. Pasé por etapas de rechazo, de rebeldía y también de mucho aprendizaje. La adolescencia, por ejemplo, fue un punto crítico: gestionar los cambios hormonales, la presión social y la propia enfermedad no fue fácil.

Más adelante, la maternidad también marcó un antes y un después. Cuidar de mi salud para cuidar de mi hija me hizo replantear mi autocuidado y mi relación con la diabetes. Hoy vivo esta condición con más serenidad, con más conocimiento y con herramientas que antes no existían.

La llegada de la tecnología a la diabetes imaginamos que te marcó un antes y un después...

Totalmente. Pasar de los pinchazos constantes y las glucemias puntuales a poder tener datos continuos con sensores y bombas de insulina cambió mi forma de vivir. La tecnología no solo aporta control, sino también libertad. Me permite anticiparme, tomar decisiones más informadas y sentir que tengo un poco más de autonomía sobre mi salud. Pero también hay que decirlo: la tecnología es una herramienta, no una solución mágica. Aún hay que aprender a interpretar datos, escucharse y conocerse.

Como promotora en igualdad, ¿cuáles son las grandes desigualdades cuando hablamos de diabetes y mujer?

Existen varias. Por ejemplo, muchas veces las mujeres con diabetes enfrentamos más presión respecto al control glucémico en etapas como el embarazo, y no siempre tenemos suficiente apoyo emocional. También hay desigualdades en el acceso a la tecnología o a la educación diabetológica, que en ocasiones dependen del contexto socioeconómico. Además, las investigaciones sobre diabetes históricamente han priorizado a los hombres, lo que hace que ciertos impactos específicos en la salud de las mujeres no siempre se visibilicen. Hablar de diabetes y mujer es también hablar de derechos, de acceso a recursos y de romper mitos.

¿Qué te lleva a compartir tus experiencias en las redes?

Principalmente, acompañar. Cuando debuté en 1989, no existían redes ni apenas espacios para hablar de la diabetes más allá de las consultas médicas. Sentirme acompañada entonces habría marcado una gran diferencia. Por eso, hoy comparto mi experiencia: para que otras personas no se sientan solas, para normalizar lo que vivimos y para mostrar que, aunque haya días difíciles, es posible tener una vida plena. Además, las redes permiten crear comunidad, aprender unas de otras y alzar la voz juntas.

¿Cuál dirías que es el principal cambio entre la Deborah que debutó en diabetes en 1989 y la relación que tiene la actual Deborah con la enfermedad?

Creo que el gran cambio es la conciencia. En 1989 todo era incertidumbre, normas rígidas y miedo. Hoy vivo la diabetes con más información, más tecnología y, sobre todo, más autocompasión. He aprendido a escuchar mi cuerpo, a respetar mis límites y a entender que no hay perfección posible, que los números no definen mi valor. Antes sentía que la diabetes era una carga; ahora la veo como una parte de mí con la que he aprendido a convivir sin perder mi identidad ni mis sueños.

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¿Qué es Making Diabetes Easier?

Making Diabetes Easier es la marca común de toda la actividad de Diabetes del grupo Air Liquide Healthcare en Europa. Novalab es la marca que engloba la actividad de diabetes en España con la que queremos ayudar haciendo la diabetes más fácil.

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